Algunos elementos tiene una obsesion enfermiza por el carlismo de salon. Todo se basa en recitar libros y frases. Hacen del carlismo algo frio, para señoritos, sin alma. Convierten al carlismo en una beaotarrada monarquica clerical. El carlismo fue un movimiento popular, con caracteristicas muy diferentes segun en donde se dio. Lo que pasa es que algunos quisieron uniformizarlo. Los combatientes carlistas no sabian leer en su mayoria, pero sabian que tenian Dios, una Patria y unas leyes y costumbres propias a la que había que defender, y si había alguien que podia mandar a esas tropas, pues ese era el Rey. No estaban tan obsesionados con eso de la monarquía, ni con un sentimiento españolista o nacionalista español de 20-N, al contrario se llegaron a dar ciertos matices republicanos y antimonarquicos y tambien en determinado sentido revolucionarios (no en el sentido doctrinal).

El carlismo es el pueblo que se organiza en las montañas, como en otras épocas se hizo en Covadonga, o en Montgrony, es la raza en lucha, es el canto del "sac de gemecs en las montañas del pirineo llamando alpueblo a la guerra contra lo extraño, contra lo extranjero. Es la guerra de siempre, pero ahora llamada con el nombre de carlismo.

Siempre he visto dos carlismos, el de opereta o salon, y el popular. Por eso cuando estoy con los de opereta nunca me defino como carlista, y cuando estoy ante el pueblo si. Frente al carlismo de opereta, de monarquia por monarquía, de charla por charla se rebotaban Santa Cruz o Savalls y por culpa de ese carlismo de salon, sin alma, desapareció el carlismo, aunque apareciera con otros nombres como Integrismo, o trasladará parte de su alma a organizaciones como La LLiga Regionalista, o los "emboscats", o incluso al PNV.

Al carlismo lo mataron en los salones al no querer declarar la 4ª guerra a principios del XX, y los radicales se fueron. Algo quedó, pero quedo un cuerpo sin alma, dedicados a los discursos y banquetes. Y aunque una pequeña parte de esa alma se recuperó en la Guerra Civil, no fué suficiente. El carlismo como tal ya había quedado exausto, y ahora a otras fuerzas, pero con su misma alma les tocaba llamar a la Guerra.