No dije que en el Islam haya aberraciones, dije que el Islam es una aberración, surgida de un robo descarado de partes del Antiguo Testamento y del Cristianismo.

Respecto al problema de los judíos hay dos dimensiones: una es la relativa a sus actos, intervenciones, manifestaciones, conspiraciones, etc., etc., siempre limitadas por el exiguo número de población que tienen, así como por su diáspora, pero de resultados de intensidad notoria por las influencias ejercidas. Hay entre ellos verdaderos pozos de perversión, pero no es prudente dejarse llevar por obsesiones con ellos, ya sean pro o en contra. Esta dimensión del problema es el más visible porque resulta más evidente.

Pero hay otra dimensión más difícil, que forma parte del misterio de Cristo, tal y como dije en mi anterior mensaje, y es que el pueblo judío tiene que convertirse, más aún, será convertido y eso no es imaginación mía, eso está predicho. Y todavía más, el judío y el gentil estarán juntos y unidos en el Reino. San Pablo los pone a caer de un guindo, pero también se encarga de aclararnos que misión tiene él mismo ante nosotros y nos habla de ello.

Nicus pide un teólogo para Hispanismo, en fin, no sé si habrá alguno con ganas de serlo, pero nos podemos anticipar leyendo ciertos textos. Yo he estado consultando uno que me resulta particularmente útil ante las dudas y que está escrito totalmente ajustado a la Doctrina: Teología y Sensatez, F. J. SHEED. Editorial HERDER. Barcelona 1984. En dicho texto se trata el misterio de Cristo en relación a los judíos.