Jordi
Tengo la convicción personal que esto es un
pacto "senderista" entre Francisco, con imagen de progresista, y los lefebristas, con imagen de ultraconservadurismo: un beneficio compartido. Hay una serie de cuestiones que no cuadran, visto el litigio histórico y teológico.
Opino que unos entran para poder tener el beneficio de "plenamente católicos". Y los otros que hacen entrar, para tener la mención de "misericordiosos". No veo la "verdad" de todo esto.
- O sea, que
sólo ahora, cuando la Iglesia tiene una gran crisis debido a la Amoris laetitia y la celebración de Lutero, tanto el Vaticano como los lefebristas llegan a un acuerdo, seguro o muy probable, de comunión y prelatura-premio. Pues mira que bien.
- O sea,
que cuando estuvieron los dos más ortodoxos Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, resulta que sólo hoy 2016, existe la posibilidad de unirse en comunión plena y tener la prelatura-privilegio. Vaya, vaya.
- O sea, que hoy sí, el acuerdo definitivo sobre el estatuto final de la SSPX dentro de la Iglesia está «casi listo», que ya hay una «sintonía fina», que sólo falta concretar algunos "ajustes", que la situación se ha avanzado más allá de la necesidad de oración.
Pero el "casi listo", la "sintonía plena", los "ajustes" y "el avance" tienen el obstáculo de los problemas del Concilio Vaticano II: el ecumenismo, la libertad religiosa y la reforma litúrgica, "líneas rojas" para el lefebrismo.
¿En qué quedamos? ¡Venga ya!
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