La denominación de español tiene su lógica. Y no es política, sino académica, y en cierto modo también popular, sin que por ello tenga que dejar de ser españolas el resto de lenguas de las Españas (de hecho la RAE contempla una sección para cada una de ellas).

El castellano o español por antonomasia no nace en Castilla, sino en La Rioja o Álava según que versiones. Su gramática la hace un andaluz. Y recibe influjos de más allá de Castilla. Además no solo se habla en Castilla. Y se ha afianzado como la lengua con la cual la mayoria de los españoles nos entendemos con el extranjero. Además en las regiones con otras lenguas siempre se ha cultivado, aprendido, enseñado y usado de modo paralelo a la lengua regional. Asimismo el historiador Álvaro Galmés de Fuentes demuestra en un volumen de la Real Academia de la Historia el impulso que esa lengua recibe en la empresa conquistadora e imperial como estandarte cultural de la común Patria.