No se apure por hilar fino, pues es de agradecer. Pero yo veo las cosas de un modo más ecléctico cuando se habla de la trayectoria de Esteban Bilbao pues al finy al cabo le tocaron unos años muy difíciles, y no como a su presunto nietecito al que habrán dado toda clase de facilidades. En cualquier caso, andar entre aguas bravas no es tarea fácil. El primero que provocó ciertas reacciones fue el propio D. Alfonso Carlos con su reconocimiento de Alfonso XIII, para comprobar después la tomadura de pelo a la que lo habían sometido. Los cargos que ocupó Esteban Bilbao en el franquismo también lo situaron en una pésima posición dentro del tradicionalismo carlista de la época, aunque es verdad que por coherencia ideológica podría haber renunciado a ellos, pero cada persona es un mundo en sí misma y resulta complejo, cuando no imposible en ocasiones, conocer las motivaciones íntimas de cada uno. Por otro lado, los cambios que hubo en su trayectoria denotan una inquietud personal ante los acontecimientos de España en aquellos años. Inquietud que no se vería satisfecha por la notoria pasividad que ha solido caracterizar al Carlismo a lo largo de buena parte de su historia. Esa sensación la conozco yo mismo al comprobar como se hacen las cosas hoy mismo. Los espíritus de sangre caliente no están hechos para esas pasividades, pero esto es tema para otra discusión.

En resumen, si bien los actos de Esteban Bilbao pueden ser criticables entonces y ahora, tampoco son tan "originales", y es que si bien "la tierra no es del viento", los actos humanos si son muy volubles según soplen esos mismos vientos.

Esteban de Bilbao Eguía - Wikipedia, la enciclopedia libre

Hay más entradas sobre su figura, y llama la atención que la "garzonada" de ese repugnante sujeto ex-juez, pretendía juzgarlo a él también por crímenes contra la humanidad. Si puse el enlace en el mensaje anterior sobre dichos crímenes es para que la gente se acostumbre a saber qué son y en qué consisten. Así se puede comprobar como toda la actividad de ETA ha sido siempre genocida, tal como también el régimen castrista, o el de la felizmente extinta URSS, mientras que este pajarraco jamás tuvo la intención de juzgar la masiva matanza permanente de seres humanos que representan semejantes aberraciones políticas ni, por supuesto, el asesinato masivo de seres inocentes no-natos.