
Iniciado por
juan vergara
No comprendo ese empeño de contradecir los hechos históricos de aquellos hombres que cumplieron con el destino que provenía del genio griego, el homo conditor romano y obviamente el catolicismo.
Reducir a Castilla a una aldehuela o una provincia es renegar de sus raíces e incumplir con el 4to. Mandamiento.
No parece acertado vanaglotiarse y quedarse en la estrechez y el egoísmo del propio ombligo…
Castilla como todo pueblo que quiera trascender en algo mas que sobrevivir sin pena ni gloria tiene que estar dispuesto a “salvar a los demás”.
Con ese concepto de que nadie tiene que salvar a nadie tal vez estaríamos aún por inventar la rueda…
Como señaló el insigne Cicerón: “Nada está mas cerca del numen de los dioses que el hecho de fundar ciudades y conservar las ya fundadas”
Sí que vemos ese sufrimiento!! Y es precisamente por ello que lo honramos, valoramos y agradecemos; como herederos e hijos que somos de aquellos que se sacrificaron siguiendo una vocación y un destino. Allí reside la grandeza de la obra realizada. En que a pesar de esas miserias y sacrificios no eludieron cumplir con su misión.
No es que “parece ser”, era impotente. (Por eso el Obispo de Segovia, anuló su 1er. Matrimonio). Pero eso es lo de menos. Tuvo cosas mucho mas graves: un catolicismo larvado, una corte corrupta hasta los tuétanos, rodeado de infieles (con una guardia de sarracenos) y judíos recaudadores de impuestos etc.
Pretendió que Isabel se casara con el marrano Pedro Girón. Isabel se dedicó a ayunar y orar y hacer penitencia para que este nefasto casamiento no se concretara: “¡Dios mío, haced que el o yo muramos!”. El Señor escuchó sus ruegos y el marrano murió blasfemando a pocos dias de la fecha fijada para la boda…
En definitiva, Enrique IV fue un “mal bicho”.
En cuanto a Castilla, previo a la asunción de Isabel como reina; era una calamidad. Lo mismo ocurría en prácticamente todo el territorio español.
Los saqueos, secuestros, robos y asesinatos eran moneda corriente.
A ello se agregaban las guerras entre duques y marqueses; la violencia reinaba por doquier. España era un verdadero caos. Ante ello aparecen Isabel y Fernando (tanto monta, monta tanto) quienes salvan esta anarquía y desgarramiento y logran la unidad política de las Españas.
No corresponde examinar los acontecimientos historicos con mentalidad de mercader-
Éramos pocos y parió mi abuela! Para mí es demasiado.
Invito al amigo Hyeronimus a que se haga cargo de la réplica.
Seguramente no es tu intención, pero tal aserto supone un menosprecio al campesino castellano y a su hombría de bien.
Lo cierto es que algo le debería de importar la gloria para hacer lo que hicieron…
Por otra parte, como bien indica Gothico, en todo caso de hambre también se morían y aún en mucho mayor medida en tiempos anteriores a Isabel la Católica y a los Austria, a quién tanto odias.
En lo tocante a América… como expresaba Anzoátegui:
“La Reconquista era una deuda de heroísmo contraída con Dios; la conquista era un regalo que España quería hacerle a Dios”.
No voy a ahondar en la epopeya de América que, como puntualizó León XIII, no tiene parangón en la historia de la humanidad. Solo diré que esa es la gloria de España, la que no le podrá ser quitada por nadie…
No pretendo hacer “angelismo” ni reduccionismo histórico, ni ideologismo, ni leyenda rosa, ni tampoco desconocer que en la obra misional no hubo injusticias o arbitrariedades. Pero lo que importa es otra cosa.
Al fin y al cabo eso se debe a la condición pecadora del hombre, pero lo que hay que considerar es lo profundo, lo que ha trascendido, lo que nos enorgullece de ser herederos de esa estirpe y esa sangre.
Cuando mostramos nuestra casa no empezamos por el retrete y menos nos regordeamos en revolver lo que hay adentro (aunque no desconocemos la existencia del mismo). Lo que hacemos es mostrar el hogar (el lugar en que se honra a Dios); el living o la sala en el cual se comparten el pan y el vino conversando amenamente.
La biblioteca y el escritorio, en el que se estudia, se medita y se aprende; el comedor donde se comparte la mesa común.
Todo ello y mucho mas es lo que ha hecho España en América.
Y su obra fundadora y civilizadora nadie en su sano juicio puede negar.
Estimado JLP, espero no tome a mal estas reflexiones de un “sudaca” rioplatense orgulloso de descender del heroísmo de una estirpe que cumplió con su destino sin preguntar a Dios la razón de su sacrificio.
Un abrazo
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