Respuesta: Medicina antroposofica y ortomolecular

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autosuficientes
Muy bien , acepto que sólo los médicos son médicos, buena tautología. Pero no todos los que curan enfermedades lo son, no es así?
No hay más tautología que la que se quiera ver, pues resulta de perogrullo que sólo el médico es médico; y, por otra, ya lo he planteado antes ¿qué es enfermedad? Evidentemente hay gentes que han "sanado" enfermedades en el pasado cuando los médicos eran llamados "físicos", y también hoy en día los indígenas de la Amazonia saben de hierbas que "sanan" ciertas dolencias, pero eso no los hace "médicos".
La diferencia no está en sí misma en la tecnología aplicada, en el concepto o en el mismo conocimiento intuitivo, porque antes de descubrir que una planta en determinada cantidad "sana" y "no mata", ¿cuántas víctimas le costó al curandero o al chamán?
La diferencia está en el planteamiento del problema, recopilación de datos, experimentación, racionalización de causa-efecto, comunicación de resultados y extensión y puesta en común de todo el proceso experimentado. Es un principio empírico que la ciencia que se guarda en el cajón no sirve para nada y deja de ser ciencia.
Pero si alguien, por los motivos que sean, prefiere tener una visión particular del tema es muy libre, lo que no significa que por ello deba tener razón. Debo aclarar que no soy médico, ni familiar de médico, pero sí me pasé 9 meses de un curso de tercer ciclo en un programa de Antropología discutiendo ¿qué es la enfermedad? y ¿quién es un enfermo?
Última edición por Valmadian; 01/08/2009 a las 19:39
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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