Respuesta: La ciencia contra la fe... darwinista

Iniciado por
Ordóñez
No te esfuerces Valmadian. El problema es el dogmatismo y Dios nada tiene que ver con todo esto. Se acude a libros como si el resto no leyéramos o sólo hablamos de lo que escuchamos de curas fanáticos.
Conozco el problema con bastante intensidad, pues llevo tiempo enfrentándome con "ese dogmatismo", y yo añadiría también "ese cerrilismo". Hay dos ámbitos claros en este asunto: de un lado tenemos a los científicos e intelectuales (nos olvidamos siempre de éstos) que sostienen un evolucionismo genérico que, partiendo de COMTE, SPENCER, DARWIN, LAMARCK,..., ha llegado hasta el gran absurdo que fue la escuela de Viena, en la que sus miembros sostenían, entre otras cosas, que para alcanzar nuevos conocimientos científicos había que eliminar toda metafísica. Esto se manifestó en el llamado principio de verificación, que en su versión más radical (la postura del positivismo lógico o radicalismo positivista) afirmaba que había que excluir todo enunciado meta-empírico, con lo que, sin darse cuenta conducía inevitablemente a la destrucción de la propia ciencia naturalista, es decir, de todo el conocimiento científico-natural, y es que en las ciencias naturales son imposibles las verificaciones de todos los enunciados. Fue Karl POPPER quien se dió cuenta de ello, y fué él, antiguo miembro de dicha corriente de Viena, el encargado de desmontarla, para ello elaboró y publicó La lógica de la investigación científica. Pero el positivismo del absurdo no desapareció bajo el peso de la argumentación popperiana, muchos investigadores y ensayistas consciente o inconscientemente, con conocimiento o sin él, han hecho de ello una bandera contra Dios, la fe y la Iglesia.
Luego, en otro orden de la realidad social y a causa de la extensión de los sistemas educativos (en España y fuera de ella), ha sido propiciada la aparición de una "prensa divulgativa" facilona y malintencionada, en la que medra cualquier "pelanas" con un título debajo del brazo. Da lo mismo si, además de pasar por la universidad, ésta ha pasado por tales individuos o no. La cuestión es que es en esas revistas en las que "abreva" moral e intelectualmente mucha gente cuyo estatus académico es deplorable, gente que cree que ahí aprende lo que no fue capaz de hacer a lo largo de todo el proceso de aprendizaje normal. A continuación añade "la explosión" de este fenómeno electrónico que es Internet, en el que todo cabe, en el que el más "birrioso pintamonas" es capaz de enjuiciar lo que le dé la gana según le coja el día o el momento.
En una sociedad globalizada como la actual, es el barbarismo lo que se ha acabado por imponer. Yo no tengo ninguna duda de que está condenada a su destrucción, que será progresivamente acelerada. También tengo conciencia de que, como cualquier otro periodo histórico, salvo catástrofe no prevista ni calculada, el desmoronamiento será prolongado y se extenderá más allá de la duración de una vida humana, por lo que yo no creo que llegue a ver su hundimiento.
Pero todo ese dogmatismo ideológico de ciertos científicos e intelectuales, y todo ese cerrilismo paleto de los analfabetos funcionales de las ciencias, no me desaniman en cuanto a buscar el modo de zurrarles en lo posible. No hace mucho, navegando por la Red me tropecé con un blog en el que un "ciprínido intelectualoide" afirmaba que le encantaba "cazar" embaucadores. Sus argumentos eran de chiste de Gila, pero él estaba convencido de que lograba algo.
Evidentemente, Dios nada tiene que ver en toda esta tramoya de estulticia. Más aún, los ataques no están dirigidos contra Él. Es un absurdo en todo atacar a aquello en lo que o no se cree, o simplemente de lo que se niega su propia existencia. Por tanto, y por elemental deducción, los ataques son contra los creyentes, o dicho de otro modo, proceden de una masa de intolerantes en un puro ejercicio de fanatismo. Las preguntas consecuentes son: ¿por qué? ¿a qué obedece tal actitud? ¿ a qué fines sirven? ¿quién o quiénes, hay detrás? Pero el número de gente arrastrada es cada día mayor, cada vez hay más apóstatas, inconscientes de lo que ello significa, ¿quién se beneficia de ello y a qué suena?
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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