Hay que estar loco como una cabra para poner algo como esto. Nadie sabe quién está en el infierno (aunque los sedevacantistas mandan a la gente allí con facilidad), lo que estás es deseando que esté allí, y no hay sentimiento más horrible que desearle el infierno a alguien. Es el grado máximo en el que un católico puede atentar contra la caridad. Si ese es el tipo de sentimientos que albergas, creo que vas a llegar allí mucho antes que Juan Pablo II. Creo que tienes cosas más importantes que mejorar contigo mismo antes que andar señalando la paja en el ojo ajeno.
Dicho esto, la verdad es que me apena el bajo nivel del foro en estos temas. En otros sitios de internet se pueden ver debates entre tradicionalistas y conservadores con bastante interés. Aquí rara vez se ve nada que no sea el bando de los obedientes cuasi-ciegos que viven en el mundo feliz donde la creencia en la infalibilidad universal del papa les exime de mirar más allá de nada, y luego está el de los que se consideran que tienen la autoridad de los concilios, de la inquisición y de los papas, toda ella concentrada en ellos mismos, y pueden atar y desatar lo que les de la gana. O eso, o que les dan un euro cada vez que escriben la palabra hereje, que manía con la palabrita. En cualquier caso al minuto 2 de juego todo el mundo ha perdido los nervios (bueno, alguno los ha perdido antes de empezar) y sólo se ven trastos volando y gente que no lee nada. Supongo que no hay nivel para conseguir nada mejor, tendremos que conformarnos con leer las cosas razonables que gente como Terzio o Sidney Silveira escribe y que de vez en cuando se copian aquí.
Imagino que también influye mucho que estamos hablando de una persona alrededor de la cual se construyó un fortísimo culto a la personalidad. La gente quería mucho a Juan Pablo II, a la Iglesia Católica no está claro que la quisieran tanto, al menos nunca se lo he oído gritar. Este culto a la personalidad ha llegado a niveles cercanos a la idolatría durante los últimos meses. He llegado a leer panegíricos absolutamente ridículos donde se afirmaba que JPII era el mejor de los papas nunca visto porque le gustaban los deportes. Una evidencia bastante buena de qué tipo de ortodoxia reunía a su alrededor Juan Pablo II, la religión de la explosión de los sentimientos y el buen rollo, todo girando alrededor de él. Asi que dado este caso, sólo pueden darse los que estaban encantados con su personalidad, y a todo le encontrarán explicación benigna, y los que la aborrecían, y en todo verán herejía. Y como sobre gustos no hay nada escrito...
En fin, es verdad que da una imagen algo triste ver divisiones entre católicos en temas donde no debería haberla, pero no es menos triste todo el circo de culto a la persona que se ha montado con la turbobeatificación, con un absoluto desprecio a todo lo que debería significar una beatificación. Asi que dejaré el hilo para que al menos seamos tristes de forma un poco más original.
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