Re: ¿Pero ya hay cisma de facto o no lo hay?
En INFOCATÓLICA nos informan sobre la publicación ( en francés y a la espera de la traducción al español) de la última obra, parte de una trilogía, del Cardenal SARAH. El articulista Jorge SOLEY comenta que él ya ha leído el libro y destaca en su artículo las siguientes ideas:
La Iglesia se muere porque los pastores tienen miedo de hablar con total verdad y claridad. Nosotros, obispos, deberíamos de temblar al pensar en nuestros silencios culpables, en nuestros silencios de complicidad, en nuestros silencios de complacencia con el mundo.
Le debemos al pueblo cristiano una enseñanza clara, firme y estable. ¿Cómo aceptar que las conferencias episcopales se contradigan? ¡Allí donde reina la confusión, Dios no puede habitar!
Deploro que muchos obispos y sacerdotes descuiden su misión esencial, que es su propia santificación y el anuncio del Evangelio de Jesús, para dedicarse a cuestiones sociopolíticas como el medio ambiente, las migraciones o los sin techo.
Es legítimo buscar nuevas formas de evangelización que el mundo moderno pueda comprender y recibir, pero es naif y superficial querer reconciliarlo a todo precio con la Iglesia.
La pérdida del sentido de Dios es la matriz de todas las crisis.
La Tierra no es más que una puerta hacia el cielo.
Seguir a Cristo es renunciar al mundo, a sus criterios y a su aprobación.
El cristianismo no es para nada una religión del progreso. Es la religión de la salvación.
Ningún sacerdote puede aprovecharse de su autoridad sobre el pueblo de Dios para exponer sus ideas personales. ¡Su palabra no le pertenece! No es más que el eco del Verbo eterno.
El Espíritu sopla donde quiere, ciertamente, pero no se contradice y no crea confusión ni desorden.
Hay que ser africano para atreverse a decir sin complejos que esas «religiones tradicionales» son zonas de miedo y ausencia de libertad.
No existe ninguna situación en la que la norma moral sea imposible de poner en práctica. En efecto, esto implicaría que el Creador se contradice y nos pide ir contra el sabio orden que Él mismo ha inscrito en la Creación.
Algunos proponen una reforma de las estructuras y un rechazo del clericalismo, que sería la fuente de todos los males. Me parece que la crisis es mucho más profunda.
Hemos trasgredido todos los límites, pero no habíamos visto que los límites nos protegían.
Parece que las tecnoestructuras europeas se regocijan en los flujos migratorios o los animan; no razonan más que en términos económicos. Necesitan trabajadores a los que se les pueda pagar poco.
Estoy convencido de que las causas del terrorismo [yihadista] son principalmente religiosas.
El no recurrir a la inteligencia es un naufragio. No se puede llegar a la fe sin recurrir a la razón. La identificación mística con Dios sin el socorro de la reflexión s un quietismo peligroso.
La humanidad globalizada, sin fronteras, es un infierno.
Una parroquia sin adoración al santísimo Sacramento es una parroquia muerta o enferma.
Lo último del cardenal Sarah
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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