Me pregunto si este personaje, henchido de soberbia (pecado capital) y poseído de si mismo, sabrá lo que significa amor al prójimo. Y es que, como dice la sabiduría popular: "el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones". No he leído ni una sola palabra de Nuestro Señor en sus mensajes, por tanto, considero que no se puede reconocer a un católico en él.

Por otro lado, se considera en posesión de una "Verdad" que hasta sustituye a la Voluntad de Dios... y así él decide quién se salva y quién se condena. ¡De nausea!