Cita Iniciado por jasarhez Ver mensaje
Claro que aquí no hay ninguna Crimea que recuperar, y que aquí el objetivo es la caída del régimen... Eso ya lo sabemos. Aquí tenemos Gibraltar, de momento. Y evitar que se desmembre España por causa de los nacionalismos periféricos. Y tenemos, además, a una Iglesia postconciliar que, sin ser cismática en teoría, camina cada día más por la senda de la perdición y ha contribuido enormemente a la descristianización de España, para empezar obligándonos a adoptar en nuestras leyes la libertad religiosa. Y que contribuyó a la llegada del actual régimen democrático, y si me apuras, hasta puso las condiciones precisas y necesarias para que llegara a España el divorcio (Carta de Sigfredo Hillers al Cardenal de Madrid). Una Iglesia que 'perdona' a juancarlitos cuando éste firma leyes abortistas y que anda encantadísima con las democracias occidentales del mundo. Y eso por no hablar del daño que nos hicieron a muchos jóvenes, en los tiempos anteriores a la transición, metiéndonos con embudo barbaridades emanadas de la teología de la liberación que a muchos nos llevaron, directamente, a perder la fé.

Gracias a Dios hace tiempo que algunos la recuperamos... Pero, mira cómo anda España ahora, y dime otra vez que nosotros lo que necesitamos es 'recuperar España'. ¿Qué España... la de Franco? (por mi encantadísimo, pero dime como). Otros dirán que no, que esa tampoco... y volverán su rostro más atrás todavía. Aquí hay gente que añora la España de la época isabelina y de Alfonso XII y XIII (¡qué aberración!). Y los más sensatos quizás, añoran la España de siempre. Pero, dime... ¿cómo se consigue recuperar España?.

Lo que tendríamos que hacer para conseguir alguna cosa de esas que deseamos, lo primero es librarnos de nuestros actuales 'socios' europeos y americanos. Recristianizar España de nuevo, dándonos un plazo de al menos una generación y comenzando por la educación en los colegios de nuestros hijos, y terminando con el actual régimen juancarlista. ¡Casi ná lo del ojo!. Yo me conformaría con restaurar el régimen de Franco, si Dios quisiera que nos diera la Providencia a una especie de Putin en versión hispana, aunque también fuera criticado por los más puristas. Pero eso de 'recuperar España', sinceramente, en los tiempos que vivimos, me suena a cuento de viejas. ¡Ojalá se pudiera recuperar al menos la España de los tiempos en que yo era pequeño!. Con eso ya me daría con un canto en los dientes... Pero bueno, de sueños también se vive.

De todas formas, el día en que (si realmente pudiéramos hacerlo) pudiéramos acabar con el aborto en España, terminar con los matrimonios gays, volver a ser católicos (de los preconciliares, naturalmente...), abandonar el capitalismo liberal como forma de economía, recuperar nuestra industria y nuestra moral perdida, etc, etc... hasta nos echarían de Europa, y en cuatro días más tendríamos aquí a los aviones de la OTAN bombardeándonos, con la excusa de defender la democracia y los 'derechos humanos perdidos'. Como en han hecho ya en otros sitios este atajo de sinvergüenzas a los que llamamos 'nuestros socios'. Mira Siria... si no es por la ayuda de los rusos, ¿cómo estarían ahora mismo?. Quizás, si hiciéramos todo eso que quisiéramos, al igual que en otros tiempos Rusia hubiera sido nuestra enemiga, hoy quizás la ayuda de la Rusia de Putin (por motivos estratégicos para su política en Europa y por nuestra situación geográfica), nos vendría de perlas.

Mientras sigamos mezclando las cosas no avanzaremos en ningún sentido. ¿Qué España puede ser de la que yo estoy hablando de recuperar? Desde luego de la de una etapa, o la de un siglo concreto no, eso desde luego. Porque España es mucho más que eso, y eso pueden ser luces y sombras. Lo primero que yo afirmo es recuperar el entusiasmo por España, olvidarnos del fatalismo que surgió en el "98" y empezar a recuperar lo que dicen Vázquez de Mella, Ramiro de Maeztu y otros. Y si se recuperase ese entusiasmo, como cuando se gana un campeonato, pero permanentemente y con consistencia moral, con visión de pasado y de futuro, y se entendiese qué es España en lugar de estar cuestionándola cada día por tanto retardado mental, lo demás acabaría viniendo por si mismo.

Y lo que no tiene sentido lógico alguno es el tema de los bombardeos y otras truculencias similares. Lo primero, recuperar España no conlleva cerrar las fronteras, sino continuando con normalidad dentro del sistema internacional, inevitable ya desde hace siglos, hacer política, gestionar la economía con verdadero sentido cristiano, con la moral cristiana en la mente de los gobernantes y gestores. Y, si ese entusiasmo se recuperase, no habría inconveniente alguno en tener un potente ejército integrador y disuasor para cualquier aventurerismo de nadie. Lo que pasa es que si la autarquía moral se toma como autarquía de Arcadia feliz, con los españoles pastoreando, o sembrando berzas y lechugas, y el país custodiado por guardias civiles bigotones con tricornio y capote y el fusíl Mausser colgado del hombro, entonces es cuando si que estaríamos apañados. Pero yo no hablo de eso, hablo de meter un montón de prejuicios negativos y nefastos, echarlos al retrete y tirar de "la caena". Y ni Putin, ni doscientos como él, nos van a ayudar ni nos van a sacar de nada, pero parece ser que esto no se entiende.

Y en lo religioso, lo primero que se ha de considerar es la actitud de la gente. A mi el aborto no me afecta en el círculo de mi entorno personal, pues nadie entre mis familiares y amigos ha abortado nunca, ni son partidarios del aborto. Y estoy refiriéndome a un ejemplo, no a que el aborto haya de ser una causa de geoestrategia. Ahora bien, si cada uno de los miembros de mi familia y mis amistades tienen el convencimiento correcto, multiplicarán las opciones a su vez con otros allegados suyos que no lo son míos y a su vez, otro paso más y otro en el mismo sentido, y eso se llama "crecimiento exponencial". Y lo mismo vale para todo, pero si ocurre lo que ocurre es por dejadez, por cobardía, por ignorancia, por cansancio histórico, entonces y sólo entonces, no nos libra ni el "tato". Pero bastan unos pocos individuos con ganas de hacer, no con ganas de perder el tiempo en discusiones sobre galgos y podencos, son los que si pueden llegar muy lejos en el empeño.

Me pareció oportunísimo el hilo abierto por Hyeronimus, tan breve, tan conciso, tan preciso y tan claro y evidente:

"No pelea el número,
sino el ánimo;
no vencen los muchos,
sino los valientes.


Hernán Cortés, no Putin.