Aquí va un intento apresurado:
La desaparecida casa real británica.
Devoto estuardófilo, realista del siglo XXI, enemigo acérrimo del credo republicano-cromwelliano que, recibido de Lucifer, combate a los pueblos inglés, irlandés, escocés y galés y sigue combatiéndolos a través del movimiento jacobino verde de Irlanda y ciertas ideologías traicioneras anarco-separatistas presentes en nuestra isla. Por amor a nuestros pueblos, con frecuencia me he preguntado por las situaciones que pudieran haber resultado de la desafortunada desaparición y expulsión de la dinastía estuardo.
La verdad escueta es que los Estuardo son «nuestra» familia. Nos pertenecen a nosotros; a la nación británica. Son para nosotros lo que los capetos (en sus diversas manifestaciones) para los franceses, los Habsburgo para los austriacos o los Medici para los florentinos. Hasta el día de hoy, toda Gran Bretaña siente mucho afecto por esta dinastía, independientemente de las vicisitudes de la época. Goza de prestigio en Inglaterra, Escocia, País de Gales y hasta algún que otro irlandés puede aceptar a Jacobo II.
¿Qué ha sido, pues, de esta institución que la inmensa mayoría miramos con tanta simpatía? Los primeros hombres que osaron llamarse reyes de Gran Bretaña. ¿Quiénes son los representantes y paladines actuales del estuardismo? La verdad es dolorosa. De vez en cuando, algunos secuaces del partido bolchevique nacional de Salmond intentan tergiversar la historia del Joven Pretendiente desde el prisma del primitivismo, el separatismo,el marxismo, el victimismo y la perpetuación del racismo contra nuestros hermanos británicos. Algo totalmente anatema para el Joven Pretendiente, que deseaba volver a ser rey de Gran Bretaña, no de una parte de ella.
Existe un discreto movimiento «jacobita» totalmente inútil porque presenta como verdadero rey de Gran Bretaña e Irlanda a un bávaro de la Casa de Wittelbach. Ni siquiera es estuardo por línea paterna, ciego hasta la excentricidad, este legitimismo no tiene la menor presencia en el Reino Unido. «¡Alemanes!» Más que nada es un tema de entretenimiento que despierta interés entre la diáspora repartida por Canadá, Estados Unidos, Australia y otros países. Por último, recordemos el nefando incidente en el que un charlatán belga llamado Michel Roger Lafosse se quiso hacer pasar por el descendiente de Carlos Eduardo Estuardo, hasta que su impostura quedó al descubierto.
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