Madrid, julio 2009. Los medios de información del sistema ya se han aprestado a llenarse de "serpientes de verano" para ocultar la indignación producida por la visita del Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno (de ocupación) de España, Miguel Ángel Moratinos, al presidio de
Gibraltar, el pasado día
21, acto de alta traición que supone la renuncia a trescientos años de relativa coherencia en los gestos diplomáticos de todos los gobiernos de Madrid.
Según el Tratado de Utrecht (1713), única justificación posible --de dársele por válido-- de la presencia británica en el Peñón, mientras Gibraltar permanezca en manos británicas (siempre sin soberanía), debe estar incomunicado del resto de España por vía terrestre, y carece de aguas territoriales.
El Tratado de Utrecht también establece la permanencia de los habitantes originales y de la Iglesia Católica (condiciones ambas violadas por los británicos desde el inicio), así como la prohibición de establecimiento en el Peñón de moros y judíos, que hoy forman buena parte de la colonia de escoria del Mediterráneo que Gran Bretaña llevó allí, y que carece de derecho alguno, como fue reconocido incluso por la ONU en varias resoluciones durante la década de 1960. Es decir: el territorio debe volver a control español sin la población que actualmente lo ocupa, cuya obligada evacuación es de exclusiva responsabilidad británica.
Si se hubieran mantenido la verja que encerraba Gibraltar hasta el juancarlismo (que fue retirada por consenso de todas las fuerzas políticas "democráticas") y la restricción del espacio aéreo y marítimo y de todas las comunicaciones, hace tiempo que los británicos habrían abandonado Gibraltar, por insostenible. Por el contrario, los sucesivos gobiernos constitucionales han hecho más y más fácil la vida de la colonia pirata, cerrando los ojos ante el tráfico delictivo de sustancias y de capitales del cual es centro; ante la usurpación de aguas territoriales españolas y del istmo, sobre el cual han construido su aeropuerto; ante la multitud de incidentes --en ocasiones con gravedad de
casus belli-- que los militares británicos y el ilegal gobierno de la colonia han provocado, en significativo
crescendo desde que Rodríguez Zapatero ocupa La Moncloa.
Ahora, abandonando cualquier apariencia de dignidad, Miguel Ángel Moratinos se reúne, en pie de igualdad, con el Secretario del Foreign Office británico, David Milliband, y con el ministro principal del llamado Gobierno de Gibraltar, Peter Caruana. Anuncia convenios de cooperación y acuerdos fiscales con el ilegal gobierno de la colonia, y recibe los elogios de éste. Ni una palabra sobre el ilegal aeropuerto del istmo, desde el cual el Gobierno (de ocupación) de España autorizó hace algún tiempo vuelos directos con Madrid.
Sin olvidar que a estos extremos de indignidad se ha llegado por un camino que pasa por la integración de España en la OTAN (llevada a cabo por el PSOE en tiempos de Felipe González) y la progresiva entrega al eje sionista anglonorteamericano (acelerada por los gobiernos del PP de José María Aznar), los actos de esta semana representan por sí mismos causa (una más; FARO ha dejado constancia de muchas otras) justificada para el derribo, por cualquier medio lícito, de un Gobierno y de un régimen radical y esencialmente contrarios a España, a sus legítimos intereses y a su misma existencia.
"Gibraltar español, unión con Portugal, Marruecos para España, confederación con nuestras antiguas provincias de Ultramar, es decir, integridad, honor y grandeza; he aquí el legado que, por medios justos, yo aspiraba a dejar a mi patria.
"Si muero sin conseguirlo, no olvidéis vosotros que esa es la meta, y que para tocarla es indispensable sacudir más allá de nuestras fronteras las instituciones importadas de países que ni sienten ni razonan, ni quieren como nosotros, y restaurar las instituciones tradicionales de nuestra historia, sin las cuales el cuerpo de la nación es cuerpo sin alma."
Carlos VII, Testamento Político. Venecia, 6 de enero de 1897
Despachos anteriores en las áreas Mensajes y Archivos de las páginas para suscriptores de FARO
Vea también Artículos en la web de FARO
_____________________________________________________
Agencia FARO
Marcadores