Ayuda humanitaria y Embargo: Dos Polémicas diferentes

Jorge Hernández Fonseca
PenhaCubana
Brasil, 18 de Julio de 2005

El paso del huracán Dennis por Cuba ha puesto en el foco de
discusiones -de nuevo- un tema que no por viejo es menos importante:
el embargo norteamericano a la dictadura cubana. Este tema es
adicionalmente el punto de inflexión que diferencia la política
defendida por tendencias políticas diferentes dentro de la oposición
a Fidel Castro.

La anterior aseveración se refuerza ahora con la estrategia de la
dictadura -tomando los efectos de ciclón Dennis como motivo- para
provocar una nueva polémica en el seno del exilio (y de la oposición
interna) lanzando sus enemigos políticos a una discusión estéril.
Destacados representantes de la izquierda opositora cubana dentro y
fuera del país, a través de artículos de prensa y llamados
internacionales, han hecho escuchar su voz con fuerza últimamente
para que el embargo económico de EUA sobre la dictadura sea
levantado. Siguiendo una línea similar -pero de sentido contrario-
líderes conservadores piden a EUA para que de alguna manera intente
solucionar el llamado "problema cubano".

Resulta evidente que la crisis económica y social que padece la
sociedad cubana está en un punto crítico, razón por la que se
multiplican los esfuerzos de la oposición tratando de desbalancear
las acciones a su favor, pero el debate en torno al embargo ha venido
a dividir la fortaleza del potencial golpe opositor en estos momentos
decisivos.

No hay que ser muy ducho para percibir detrás del debate artificial
en torno al embargo una estrategia coherente por parte del dictador.
En reciente programa televisado el dictador rechazó la ayuda de EUA
para paliar los efectos de la devastación causada por Dennis.
Adicionalmente -y sin Europa haberse pronunciado previamente- el
dictador hubo de advertirle para que no ofreciera su ayuda,
atacándola por las sanciones de años atrás.

El dictador cubano -como justificativa para su rechazo- calificó de
insignificante la ayuda norteamericana y agregó que lo correcto
sería "levantar el embargo", pronunciando así las palabras claves.
Sin embargo, hay algunas preguntas interesantes a ser respondidas en
el contexto del debate en torno al tema de la ayuda a la isla en
desgracia.

¿Por qué la dictadura acepta como buena la ayuda de la ONU (por un
valor igual a la ofrecida antes por EUA)
supuestamente 'insignificante'?; ¿por qué la dictadura repudia de
Europa una ayuda no ofrecida y coloca el embargo en el contexto de la
solución de los estragos de Dennis?; ¿es el levantamiento del embargo
la solución a los destrozos del huracán, o es un pretexto para lograr
lo que 46 años de antagonismo no lograron?; ¿el pueblo de Cuba (no el
gobierno) lo que necesita es ayuda, o que le levanten el embargo?
Una buena parte de la oposición cubana del exilio ha pedido un
levantamiento parcial (por cierto tiempo y bajo determinadas
condiciones) de las medidas restrictivas adoptadas a mediados de
2004 –diferentes a las leyes del embargo- con vistas a hacer llegar
ayuda humanitaria directa a los necesitados en la isla, factor que
concentra ahora una polémica adicional en EUA, relativa a la
conveniencia de distender momentáneamente las medidas.

Son claramente dos polémicas diferentes, aunque tienen un objetivo
aparentemente similar: paliar la situación de los cubanos después del
paso del huracán. Pero es evidente que levantar momentáneamente las
restricciones actuales al envío de ayuda humanitaria -e incluso
distender momentáneamente los viajes de cubanos a la isla- es una
decisión completamente diferente a levantar unilateralmente el
embargo norteamericano a Cuba.

Es importante decir que la negativa del dictador a aceptar ayuda
norteamericana (no por pequeña, porque aceptó la ayuda de la ONU con
similar monto monetario) y la consecuente negativa a que Europa
siquiera hiciera una oferta de ayuda, implica su responsabilidad en
el aislamiento de la isla del socorro internacional, de lo cual
nadie -a no ser el propio dictador- es responsable. ¿Si Europa no
está procurando la manera de ayudar a quien no quiere ayuda, por qué
tendría de hacerlo EUA levantando el embargo?
Que los cubanos del exilio pidan al gobierno de EUA el levantamiento
momentáneo de las restricciones impuestas por la administración Bush
a mediados del año pasado, tiene sentido. Sentido sin embargo muy
diferente a que se pida -a coro con el dictador- el levantamiento del
embargo. La estrategia de Castro trasparenta que el mismo no quiere
ayuda desde EUA (ni desde Europa) lo que quiere claramente es
levantar el embargo.

En medio de la disputa está sin dudas el dolor de los cubanos
afectados. ¿Que hacer? Insistir en un aflojamiento de las
restricciones norteamericanas para llevar ayuda humanitaria a la isla
parece ser lo más correcto en las actuales circunstancias. De esa
manera la ayuda sería direccionada individual y familiarmente -entre
cubanos- sin intervención de la dictadura, que sería evidentemente
beneficiada levantando el embargo.

Me gustaría leer una secuencia de acciones que comenzando en el
levantamiento unilateral del embargo por parte de EUA, concluya
finalmente con la solución de los estragos del ciclón Dennis, sin
beneficiar a la dictadura que nos oprime. La secuencia de acciones
implícitas en el relajamiento provisional de las restricciones de
Julio del 2004 y el beneficio del pueblo afectado, resulta bastante
más clara y menos provechosa al dictador.

Hay que decir además que la desgracia principal del pueblo cubano no
es la destrucción causada por el paso del huracán Dennis; el problema
básico claramente es la presencia en las riendas del gobierno en la
Habana de un régimen despótico y envilecido que pretende perpetuarse
en el poder y la presión para conseguir el levantamiento unilateral
del embargo económico -una mejora en sus relaciones con EUA sin
negociar los diferendos- es el objetivo primordial en este camino de
perpetuación del régimen.

No fue el embargo el causante de la situación actual de la isla y se
percibe detrás de este intento estratégico, el interés del dictador y
sus seguidores para perpetuar su sistema de ordeno y mando a través
de la legitimación norteamericana que este levantamiento implica,
permitiendo a Raúl Castro asumir el control del gobierno a la muerte
del déspota.

El embargo norteamericano, contrario a lo que se dice con frecuencia,
es una política efectiva contra la dictadura; sino fuera así,
el “Comandante en jefe” no pediría -en cada momento y aprovechando
cualquier ocasión propicia- su eliminación unilateral.

El levantamiento del embargo debe ser tratado con todo el peso que
esta política conlleva en una mesa seria de negociaciones, cuando el
dictador esté dispuesto a pagar el precio que su erradicación
implica, asociado siempre a una democracia plural para Cuba.