Va dedicado para el Flipao de Dragó
Cincuentario Ifni. EL BATALLON DE LA GABARDINA.
LA GUERRA DE Ifni no solo fue ejemplo de valor y Patriotismo de las fuerzas españolas intervinientes, sino que , todos los civiles, hasta los niños, sumaron su granito de arena para colaborar no solo a su salvación, sino a los esfuerzos que los militares llevábamos a cabo para que la balanza se inclinase del lado español.
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Tal es el caso del que por entonces se conoció como “el Batallon de la Gabardina”, que, cual los antiguos Templarios, eran mitad monjes mitad soldados, por el DIA se ocupaban de sus respectivos trabajos y negocios, y por la noche cogian el fusil para patrullar por las desiertas y oscuras calles de Sidi Ifni, exponiendo su vida, pues en cualquier momento, del cualquier rincón, desde cualquier ventanuco de las estrechas y retorcidas calles, podía salir una bala o una granada de mano.
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Pasada la noche, volvian a sus quehaceres cotidianos, con los ojos llenos de sueño pero con el corazón henchido no solo de amor a los suyos, sino al del concepto ESPAÑA.
Los paracaidistas, desde nuestras posiciones de guardia en la población, los veíamos pasar silenciosos y atentos.
Eran como el faro vigilante del sueño de todos.
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Esto es lo que dice Pilar Barrutia, de la Asociación de Amigos de Ifni, el la Revista el Eco de Ifni número 10 del mes de julio de 2007.
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EL BATALLON DE LA GABARDINA
Por Pilar Barrutia con la ayuda de Nieves Campillo y Francisco Mérida
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Durante el ataque a Ifni, entre octubre de 1957 y abril de 1958 un grupo de
civiles capitaneado por Diego Barber Ortega se pusieron en contacto con el Delegado Gubernativo para ofrecer su colaboración y ayuda a la Policía, con una fuerza de civiles que colaborarían en la vigilancia de la ciudad.
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Hablaron con el General Gómez Zamalloa y dio el visto bueno para que patrullaran por las noches, y aliviaran el trabajo de la Policía.
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As! nació este "Somatén", un numeroso grupo de hombres de todas las edades y clases sociales que vigilaban las calles de Sidi Ifni. Se les proporcionó armamento y munición. Como todos habían hecho la mili no necesitaron instrucción militar.
Para protegerse del frío y humedad de la madrugada usaban una especie de gabardina o capote por lo que fueron conocidos popularmente con el nombre de "El Batallón de la Gabardina". Como identificación, llevaban un brazalete con los colores nacionales y un número.
Se dividió el pueblo en sectores y el Somatén en grupos y se les marcó sus zonas de patrulla. A las 22h. recogían el armamento y patrullaban hasta las 7 h, que eI que entregaban el armamento y muchos de ellos se incorporaban directamente después a
sus puestos de trabajo.
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Al frente de cada grupo ponían a alguno de ellos que hubiera tenido alguna experiencia militar, como Jerónimo Sáenz de Tejada, alférez provisional en la guerra.
Mientras en las casas, se dormían con un colchón en el suelo debajo de las ventanas por si entraba alguna bala perdida. Nadie se asomaba a las ventanas ni subía a las azoteas.
La cooperación desinteresada de estos hombres fue muy valiosa y reconocida públicamente. El General Gómez Zamalloa les entregó la Medalla de la Campaña de Ifni-Sahara con cinta anaranjada. Se les entregó un diploma a cada uno de los miembros de ese Somatén.
Podemos recordar a Diego Barber Ortega, Ángel Salve, Gregorio Pozo, Miguel Antón Sola, Manuel Calderin Sánchez, Ramón Padrón, Antonio Calderín, Rafael López, José Santana Henriquez, Manuel Candela, Eloy Candela, Antonio Mogica, Gaspar de las Heras, Antonio Torres, Luis Diaz, Sabas Arrigote, Porfirio Rodriguez, José Linares, Julián Diéguez, Antonio Suárez, Pedro Perea, Miguel Lorenzo, Rómulo Lorenzo, José Luis Vives, Vicente Antonio Barberán, Francisco González, Mariano Asenjo, José y Tomás Serrano Capdepón, Antonio Medrano, Pedro Guillén, Guillermo Rodriguez, Manuel Torres, Juan Artiles, Emilio Rodriguez, Jesús Rodriguez, Francisco José Rodriguez, Luis García, BIas Garcia, Juan García, Pedro Vinué, Luis Guimerá, Ernesto López, Joaquín Cabrera, Ramón Pacreu., Antonio Pérez, Matias Silva, Joaquín Bish Medina, Francisco Navarro, Manuel López, Jerónimo Sáenz de Tejada y José María Gómez Vilabella."
Dejamos con decisión
el serrucho y el cepillo,
la fragua y el martillo
por cumplir una misión.
Una misión que es un deber
un deber que es un honor
: honor que como español
todos sabemos tener
. La gabardina , de abrigo:
una bandera en el brazo,
el corazón en el pecho
y un mosquetón como amigo.
Por cartuchera, el bolsillo:
de dotación, los cincuenta:
edad: de veinte a sesenta,
pero parecen chiquillos.
Tres dían de cada Semanal,
desde las diez de la noche
paseando sin descanso
hasta el toque de diana
. Las mujeres y los niños
descansan en blandos lechos,
y renunciando a los techos
los velamos con cariño. "
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José Luis González Vicente.
Paracaidista excombatiente de Ifni.
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