Vicente Marrero Suárez 1922-2000
Ideólogo y activista tradicionalista carlista español, vinculado al Opus Dei, nacido en Arucas (Gran Canaria) el 16 de julio de 1922. En 1937 termina los estudios de bachillerato en su ciudad natal, en el Colegio de San Bautista de la Salle. Culminada la Guerra Civil inicia en 1939 la carrera de Derecho en la Universidad de La Laguna, trasladándose al año siguiente a Salamanca, donde se licencia en Derecho en 1941. Durante 1941-1942 realiza los cursos de doctorado en la Universidad de Madrid.
«Decidí en el curso siguiente [1941-1942] hacer las asignaturas de doctorado, no sé por qué proceso mental. Eran interesantes esas clases, muy reducidas, en especial en la asignatura de «Estudios Superiores de Derecho Político», a la que regularmente asistía, que daba Salvador Lissarrague, antiguo de la Institución Libre de Enseñanza. Éramos pocos, entre otros Torcuato Fernández Miranda, después duque de Fernández Miranda; Vicente Marrero, gran escritor y poeta; Luis García Arias, catedrático de Derecho Internacional, y otros menos conocidos. Aprobé las asignaturas, supongo que con sobresalientes, que era lo normal, y obtuve una matrícula que a mí no me interesaba, porque Vicente Marrero, que aspiraba a una carrera académica, me presionó para presentarme pues él no quería hacerlo solo; nos la dieron a los dos. Durante este período dediqué tiempo a la «acción política», modesta, como es lógico, continuando con mis actividades en AET [Agrupación Escolar Tradicionalista], que ya había comenzado en 1938, antes de incorporarme a Radio Requeté y al Tercio de San Miguel. Lo que hacía en ese momento era tener encuentros con otros estudiantes, algunos brillantes, en unos casos en casa de mis padres en Velázquez, donde vivíamos mi hermano y yo; y en la Academia Mella en la calle Barquillo, donde asistió a varias reuniones Jesús Fueyo, que llegó a ser presidente del Instituto de Estudios Políticos, hombre considerado muy inteligente y culto; casi no lo conocí. La Academia era propiedad de un sacerdote, don Máximo Palomar, alma de Dios, carlista, al que pagábamos la oportunidad de utilizar para la política sus aulas dando clases gratuitamente con cierta regularidad a sus alumnos; sobre todo Rafael Gambra, porque a mí nunca me ha gustado la docencia.» (Ignacio Hernando de Larramendi, Así se hizo Mapfre. Mi tiempo, Actas Editorial, Madrid 2000, págs. 89-90.)
En 1943, en plena Guerra Mundial, gracias a una beca «Humboldt Deutsches Studienwerk für Ausländer», se incorpora a la Universidad de Friburgo de Brisgovia (Alemania), donde conoce a Martin Heidegger, Walter Euck y Hugo Friedrich, y es lector de español. Regresa a España en 1949. Su prolongada ausencia, en años tan agitados, llevó incluso a que sus amigos le dieran por desaparecido cuando el derrumbe de la Alemania nazi.
En 1951 fue uno de los fundadores, junto con los también tradicionalistas carlistas Ignacio Hernando de Larramendi y Rafael Gambra Ciudad, de la editorial Cálamo y de la colección Esplandián, en la que publica su primer libro: Picasso y el toro. Al año siguiente aparece El poder entrañable, su primer libro de pensamiento político.
«Aventura editorial. En 1951 inicié una «gran pequeña» aventura, la creación con poquísimo dinero mío de la Editorial «Cálamo». A ello me indujo Vicente Marrero, oriundo de Arucas, en Canarias, que después de la Universidad se había ido a Alemania a estudiar con Heidegger en Friburgo. Todos creíamos que había muerto en los últimos años de la guerra o primeros de la posguerra, hasta se llegó a celebrar su funeral en la Universidad. Pero un día apareció, nos volvimos a ver, también con Rafael Gambra, y decidimos crear esa editorial que tenía la sede en mi propio domicilio; mi esposa [Lourdes Martínez Gutiérrez] escribía los libros y llevaba la contabilidad con la ayuda de un joven canario, González, que la ayudaba y hacía recados. Publicamos cuatro libros, en la Colección Esplandián, pero Rafael Gambra no llegó a preparar el que nos había prometido. Los dos primeros fueron de Vicente Marrero: Picasso y el toro y El embrujo de la danza española, también fue suyo el cuarto, El poder entrañable. Picasso y el toro fue un gran éxito, traducido a muchos idiomas y con varias ediciones. Nadie podía esperar que de un grupo carlista saliese en 1952 una de las primeras obras no críticas sobre Picasso en España. Mi libro fue Tres claves de la vida inglesa a que antes me he referido. Los tres de Marrero fueron excelentes y merecería la pena editarlos en papel y también trataré de hacerlo digitalmente con todas sus obras escritas para difundirlas; la Fundación MAPFRE Guanarteme tiene interés en ello. De este modo es probable que en el año 2000 los tres creadores de la Editorial Cálamo tengan reproducida digitalmente su obra completa, porque también pretendo editar la de Rafael Gambra y la mía propia.» (Ignacio Hernando de Larramendi, Así se hizo Mapfre. Mi tiempo, Actas Editorial, Madrid 2000, págs. 98-99.)
En 1953 comienza a colaborar en el Departamento de Cultura Moderna del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y se incorpora a la secretaría de la revista Arbor, publicada por el CSIC. En esa revista publica ese mismo año su primer escrito dedicado a Ortega: «En torno a un juicio sobre Ortega y Gasset», inicio de su activismo antiorteguiano (en 1961 apareció en la Biblioteca del pensamiento actual de Rialp su libro Ortega, filósofo «mondain», 355 págs.)
En 1955 recibe el Premio Nacional Menéndez Pelayo (instituido ese mismo año por el Ministerio de Información), por la biografía que escribió sobre Ramiro de Maeztu (Maeztu, Rialp, Madrid 1955, 755 págs.). Ese mismo año preparó la selección y puso prólogo a la recopilación El tradicionalismo español del siglo XIX, Dirección General de Información (Colección Doctrina política), Madrid 1955, 413 págs. (El Director General de Información era entonces Florentino Pérez Embid.) Más adelante dirigió Vicente Marrero la edición de las Obras completas de Maeztu, publicadas por Editora Nacional y Rialp (vinculada al Opus Dei).
En enero de 1956 aparece el primer número de la revista mensual Punta Europa (1956-1967), de la que Vicente Marrero fue director hasta 1966. Intervino también en Ediciones Punta Europa.
En 1957 es Secretario de la Asociación «Menéndez Pelayo», de la que fue uno de los fundadores (además de Vicente Marrero, pertenecían a la Junta Nacional de esta entidad: Rafael Balbín Lucas, Alejandro Díez Macho, Lucas María de Oriol, Antonio Millán Puelles, Antonio González Alvarez, Vicente Rodríguez Casado, Eustaquio Guerrero, Gonzalo Fernández de la Mora, Juan Iglesias Santos, Arsenio Pacios, José Simón Díaz, Emilio Sáez)
En 1958 asiste en Bochum (Alemania) al Katolikentag.
En 1959 obtiene el Premio 18 de Julio, por su libro El enigma de España en la danza española.
En 1961 publica, en Ediciones Punta Europa, un libro de 683 páginas que alcanza notable repercusión en su momento: La guerra española y el trust de cerebros (mereció una segunda edición al año siguiente). El final del prólogo (pág. 27) relaciona las personas entre las que se movía su autor: «Por estar este libro, como dijimos, íntimamente vinculado a la revista Punta Europa, no sólo en su gestación, sino en su total desarrollo, queremos en primer término agradecer la colaboración del impulsor, sostén y animador de esta arriesgada empresa cultural, Lucas María de Oriol y Urquijo –luchador antes, a lo largo de y después de la guerra española–, sin cuya ayuda, estímulo y asesoramiento no se hubiera publicado, ni los artículos que fueron su origen. Igualmente a los íntimos colaboradores de la revista Carlos Murciano, Domingo Paniagua, que entre otras cosas me han ayudado a leer y corregir las pruebas, así como a otros buenos amigos a quienes he consultado en más de un punto importante: José M. Ramón de San Pedro, Ramón Serrano Guzmán, Manuel Garrido, Román Perpiñá, Francisco Javier Lizarza, Mariano del Mazo... A todos ellos mi más cordial agradecimiento.»
http://www.filosofia.org/ave/001/a150.htm
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