Léon Bloy, sus "Diarios" son una lectura muy reconfortante. Me gusta su desmesura y sus excesos verbales. Es un alma de fuego que no se contenta con cualquier nadería. Arremete contra todos los contemporizadores. No deja títere con cabeza. Al ser amigo solo de Dios, se convierte en enemigo de todos: y sobre todo, enemigo de las medias tintas, de sus contemporáneos: y se comprende dentro de esa gente a la que ataca al clero contentadizo y progresista, el mismo que silenció el mensaje de Ntra. Sra. de la Salette.
Su única pasión -que no puedo compartir- es la rendida admiración que tributa a Napoleón el Corso revolucionario.
En cuanto a su prosa agresiva... Es todo un estilo digno de estudiar y aprovechar.
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