Para evitar las lamentables agresiones del día anterior después de el Vía Crucis de ayer algunos católicos conscientes se organizaron en piquete para controlar a los energúmenos en el traslado de los pasos. Hubo conatos de los guarros de atacar algunas procesiones, sin embargo el dispositivo policial de ayer fue suficiente. Tras el fin de las procesiones se produjo un espontáneo paseo de católicos hasta la zona de Tirso de Molina (madriguera de reclusión de ácratas y anticatólicos), entonando cánticos que daban Gloria a Cristo Rey. Los guarros contemplaron a los católicos con respeto casi reverencial. No es lo mismo meterse con pobres niñas de catorce años que con un grupo de muchachos decididos.