Re: Donald Trump
Iniciado por
Lewis
Como ejemplo de "reposicionamiento" oportunista es interesante este artículo del director de ABC, periódico en el que se ha estado haciendo campaña en favor de Hillary Clinton:
DUDAS DEMOCRÁTICAS
O creemos en la democracia, o no creemos. Si tenemos fe en ella, deberíamos dejar de flagelarnos por la victoria inesperada -más para nosotros que para los propios norteamericanos- del candidato republicano. Ha sido la voluntad mayoritaria de uno de los pueblos más democráticos del planeta. Ayer lo admitió el propio Obama, que ya no ve en su sucesor al enemigo número uno del sistema. Reconozco que personalmente no simpatizo con Trump; no de momento, al menos. Invoca algunos de los valores que yo detesto: la xenofobia, el nacionalismo, el proteccionismo, el machismo, el populismo, y unos cuantos ismos más. Ahora bien, Trump se ha impuesto en buena lid, en unas elecciones muy reñidas, dentro del admirable marco democrático de los Estados Unidos, donde las normas se respetan y donde el pueblo tiene el intransferible derecho a equivocarse. El paraguas democrático norteamericano protege a la derecha y a la izquierda. Por tanto, no es de unos ni de otros: es de todos. Así que no es lícito cuestionarlo porque no haya ganado el que nos gustaba a nosotros.
DUDAS DEMOCRÁTICAS | EL ASTROLABIO
Lo peculiar es que yo creo en Dios, yo tengo fe en Dios, es decir, dones y valores espirituales de homo religiosus, pero he aquí que este demócrata tiene la democracia por religión, ante tamaño disparate, ante semejante desvarío, ¿qué se puede esperar de las razones o argumentos que quiera esgrimir? ¿acaso tienen algún valor aparte de una levedad, de una mera apariencia de vulgar decorado de cartón y purpurina en el campo de la ética personal o particular? Si yo fuese demócrata, que no lo soy por la Gracia de Dios, tendría "confianza" en ella, en sus mecanismos que me asegurasen su continuidad, pero nunca fe en semejante entelequia, en semejante imperio totalitario de las masas. De ahí, naturalmente, se derivan sus prejuicios contra las incorrecciones políticas que el presidente electo Trump manifiesta como parte de su forma de entender las cosas. Pero también se puede entrever la enorme intransigencia que anida en el fondo de todos estos demócratas y sospecho que el giro necesario, perentorio, que requiere el mundo, va a costar un gran esfuerzo a lo largo de varias generaciones. Eso, si es que da tiempo antes de que se produzca alguna debacle irremediable, o debemos esperar una cura repentina que saje el mal que se ha implantado en el mundo y que no cesa de crecer.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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