Respuesta: El Valle de los Caídos
Sólo se me ocurre una forma de salvar El Valle de los Caídos: que sea declarado "Patrimonio de la Humanidad".
El procedimiento es largo, pero es jurídicamente viable, aunque para ello ciertas organizaciones deberían proponérselo seriamente. Incluso los habituales argumentos que se suelen esgrimir, y que ya habéis comentado, quedarían sin efecto si, por ejemplo, se arguyese que Las Pirámides, "patrimonio de la humanidad" fueron levantadas con el esfuerzo, el sudor, la sangre y hasta la muerte de miles de esclavos.
Si tenéis contactos "convenientes" deberíais filtrar esta idea. Insisto, el proceso es laborioso, pero no imposible. Empezad por la Ley del Patrimonio Histórico Español" de 16/1985, es una ley orgánica y toda la legislación anterior.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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