EL RETORNO DE LA HISTORIA Y EL FIN DE LOS SUEÑOS
Robert Kagan
Editorial Taurus
2008. 181 páginas.
Rober Kagan es autor de un controvertido artículo "Power and weakness" (poder y debilidad) donde comparaba la política norteamericana, partidaria del uso de la fuerza, con la europea, más orientada al diálogo y a la negociación, achacando esta última más a la debilidad militar que a otras consideraciones de carácter ético, y que fue objeto de numerosos comentarios en ambas orillas del Atlántico.
Acaba de publicar este interesante análisis donde describe el desencanto que se ha producido tras la euforia iniciada con la caída del muro de Berlín, euforia que llevó a Francis Fukuyama a publicar su famoso "El fin de la historia" donde decía que " al final de la historia, a la democracia liberal no le quedan competidores ideológicos serios". Se creía que la geoeconomía iba a sustituir a la geopolítica y que los valores democráticos se iban a imponer naturalmente por sí solos. También analiza el cambio producido y el resurgimiento de una serie de potencias que cambian el orden mundial.
Kagan describe que el fin del enfrentamiento entre bloques ha sido sustituido por una competencia entre las grandes potencias por el predominio regional, con el retorno del nacionalismo de gran potencia y la identificación de líneas de fractura ya conocidas, de donde deduce una nueva era de divergencias y el retorno de la historia y las confrontaciones.
Sucesivamente analiza brevemente el caso de Rusia, China, Japón, India, Irán y el islamismo radical. De Rusia destaca que, gracias a su potencial en recursos naturales y su capacidad económica y militar, pretende recuperar gran parte del poder e influencia perdidos al final de la Guerra Fría. En Asia identifica la rivalidad a tres bandas entre China, Japón y la India, que albergan todos cierto sentimiento de humillación tras un pasado glorioso más o menos lejano y que, gracias a sus desarrollos económicos y militares, están dispuestos a recuperar, e identifica Taiwan como el posible Sarajevo de la IGM. De Irán hace unos planteamientos similares. Luego analiza las luces y sombras de la política exterior norteamericana que se mueve entre su expansión como única superpotencia mundial y la paradoja de una opinión pública que no cree tener ningún tipo de ambición nacional más allá de sus fronteras.
Destaca que a pesar de la caída del comunismo los desafíos para la democracia no han cesado debido a la aparición de una asociación de autócratas, Rusia y China principalmente, a los que habría que sumar otros como Irán, Uzbekistán y Zimbabwe. Éstos han reavivado el viejo enfrentamiento entre liberalismo y autocracia que se viene arrastrando desde la Ilustración, lo que le lleva al convencimiento de que no existe una moral compartida ni valores comunes entre las grandes potencias, y de ahí deduce la inoperancia de NNUU y de su Consejo de Seguridad.
Finalmente, da un repaso al islamismo radical encorsetado en un tradicionalismo que, aunque pueda hacer mucho daño, considera que no puede imponerse a la modernidad ni a la globalización, ni por supuesto a la democracia. El autor le da menos importancia como fenómeno histórico y su impacto en las relaciones internacionales a este conflicto entre modernización e islamismo radical, que a la pugna ente las grandes potencias, o entre democracia y autocracia.
Concluye con la necesidad de que los estados democráticos liberales propicien un orden internacional que refleje esos valores y le da a EEUU un papel preponderante pero con el concurso del resto de las democracias para intentarlo.
El autor reside habitualmente en Bruselas y, aunque hace diversas referencias a la Unión Europea, no la singulariza como potencia mundial tal como hace con las demás potencias antes citadas. ¿Tendrá razón? La trata dentro del apartado de Rusia y considera que con sus herramientas posmodernas de política exterior, potencial económico y diplomático acompañados de cierta debilidad militar, se enfrenta con dificultad a retos geopolíticos de corte más tradicional como los rusos.
Reseña de: Juan Narro
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