el Estado. Una máquina inhumana creada por los humanos para poner orden. Un golem que se nos ha ido de las manos. Un mal menor creado artificialmente en la Europa del siglo XVI para pacificar el encrespado ambiente de las guerras de religión, que empezó provisional y se nos ha hecho eterno.
Falso. El Estado no apareció para acabar con las guerras de religión, sino que apareció en España (Reyes católicos), Inglaterra y Francia por sus respectivos monarcas contraponiéndose al anterior sistema de relaciones señoriales y feudales de nobleza y clero.

En Navarra, mucho antes de que se inventara el Estado existía ya la foralidad que era, según definición del maestro Alvaro d’Ors “el principio por el que las instancias populares de distinto nivel se ordenan bajo la
protección de los reyes”. Es decir, lo que después se ha llamado principio de subsidiariedad. No había Estado, y la vida era sin embargo posible, y hasta podía ser complicada.El pueblo navarro era gobernado no por un Estado sino por un ser humano. Y el rey no se parecía en nada al tirano que ahora nos conduce; en primer lugar porque no se consideraba tan soberano como para redactar otros diez mandamientos alternativos. Y además porque había un pacto de por medio.
En Navarra en España y en toda Europa, sobre todo desde el bajo-medievo había un régimen señorial-feudalizante y de vasallaje que oprimía a los campesinos, y eximía tributariamente a los señores y al clero, que eran los únicos brazos estamentales, junto con las ciudades, que pactaban con el rey.
De lo que usted parece hablar es de la alta edad media, en que los estamentos estaban menos desarrollados y el pueblo llano tenía más protagonismo, en cuanto que el escaso desarrollo político y social no daba para más que un protagonismo inmediato de un rey-caudillo pactando con sus campesinos-soldados.

Imaginar, como usted hace, un pacto directo del rey navarro (o de donde fuera) con los vasallos, sin intermediarios del clero, nobleza o ciudades (que eran los que propiamente mantenían vínculos con los siervos y campesinos) es un disparate anacrónico que nunca existió.