Re: El 25-M abstención y más abstención.
Creo que el problema, estando también en la hipocresía de los conservadores a través de muchas cosas con sus alianzas aplaudidas, en este caso no se trata de rarezas o de excentricidades, sino de lo que representa el caso. Ya tenemos una monja ye-ye en Italia que es asidua participante en ese programa de Rafaela Carrá, pero mañana lo mismo nos sale otra que monta un despacho de brokers en la Bolsa de Nueva York, o nos sale otra como secretaria de una sección falangista purísima cantando el "Cara al Sol". Es decir, cada cosa en su sitio es lo oportuno. Si una monja, o cualquier otra persona consagrada, quiere dedicarse a una actividad mundana diferente a la de su misión libremente aceptada y para la cual hizo sus votos, lo coherente y lo decente es que se salga de su condición, "A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César", y esas no son palabras mías. Y si aun así no tuviese suficiente, como propugnar la desmembración de este país y hasta el enfrentamiento entre españoles, debería salirse también de la Iglesia cuyos fines son la unión, la paz y el amor entre hermanos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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