Le dejo la respuesta a su cansina insistencia en el mismo clavo en todo momento al Sr. Doble Águila, al Sr. Alacrán o a cualquier otro que esté interesado en su obsesivo interés. Pero le recuerdo que usted no ha contestado a una sola de mis preguntas, a NINGUNA. Creo que yo con usted ya no tengo más que discutir.