Si hay una verdad inmutable en el ámbito de las actividades políticas, es que nadie puede servir a dos Señores al mismo tiempo.
Quien se hace miembro del Opus Dei, queda de tal forma mediatizado en su pensamiento y su conducta, que es imposible compaginar esa pertenencia con ninguna otra disciplina u obediencia política.
Pero la influencia opusina va más allá de las actividades externas, sino que su alcance llega hasta las recónditas esferas de la mente, desgraciando y deformando los entendimientos incluso de aquellas personas que, por su innata inteligencia, están llamadas a ser grandes expositores de ideas en todos los campos (socio-políticos, jurídicos, teológicos, etc.).
Ya hablé en otro lugar de los intelectuales de la llamada tercera fuerza o tercera familia política del franquismo, compuesta en su mayoría por miembros o simpatizantes del Opus Dei, cuya ideología socio-políticas gozaba de unas características perfectamente definibles, y que bien podría considerarse como la ideología socio-política oficial (o al menos oficiosa) del Opus (al menos durante el franquismo). Para esta gente no suponía ningún problema esa doctrina oficiosa, pues era la única que conocían y la abrazaban con naturalidad.
El problema o choque se daba en aquellos pocos intelectuales legitimistas de la Comunión que al mismo tiempo pertenecían a aquella asociación laico-religiosa de apostolado seglar. Y quizá en ningún otro pudiera ejemplificarse mejor este choque que en la privilegiada mente de Álvaro d'Ors.
Fue en la década de los ´70 cuando Álvaro d'Ors irá rompiendo con la Comunión legitimista, y, junto con su alter ego el Notario Javier Nagore (también opusino), aceptará como buena en Navarra la nueva "legalidad" o nuevo "derecho" de la llamada "Ley de Compilación del Derecho Civil Foral de Navarra" de 1973, la cual sigue la estela revolucionaria de las no menos falsas e impostadas "leyes" de la época isabelina y alfonsina ("Leyes" de 19 de Septiembre de 1837, 25 de Octubre de 1839, 16 de Agosto de 1841 y "Decreto" de 29 de Octubre de 1841, todas ellas confirmadas por la "Ley" de 21 de Julio de 1876), y que se ha ido modificando o perfeccionando también durante el actual régimen juanista hasta el día de hoy; abandonando, así, la defensa de la verdadera y única legalidad jurídica del Reino de Navarra, jamás legalmente abrogada. Además, se irá acercando también cada vez más hacia la dinastía liberal-usurpadora.
Esta desgraciada evolución de Álvaro d'Ors, de la mano del Opus Dei, le llevará finalmente a la defensa pública de una nueva interpretación del trilema "Dios-Patria-Rey", en la que vendrá a respaldar, con su indudable prestigio público, la nueva orientación heterodoxa de corte ultramontano-democristiano patrocinada y fomentada por aquéllos que se hicieron con el control en los años ´80 del partido político instrumental CTC (principalmente la familia vizcaína de los Ibáñez Quintana, y la familia navarra de los Garísoain).
Dejo a continuación algunos trabajos o artículos que manifiestan y ponen de relieve esa desafortunada trayectoria final de esa gran mente que fue la de Álvaro d'Ors.
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