Con un sistema centralista en todo caso hay una falsa España, como la que tenemos hoy con falsa descentralización de taifas caciquiles. Portugal se separó políticamente pero los vínculos siguen estando ahí, es algo que no pueden negar los " estados ".
Vázquez de Mella en cambio dice: " Imaginaos que España se fracciona en diferentes Estados. ¿ Créeis que al fraccionarse España en estados se han acabado con eso los vínculos nacionales de hermandad que han tejido los siglos enlazando las almas y las generaciones españolas ? No; esos vínculos, formados psicológicamente, que están como grabados en nuestro carácter y en nuestro espíritu, que heredamos con la sangre de muchas generaciones, con el medio social que ellas han formado y en que nos desarrollamos, no desaparecerían, aunque se fraccionara el Estado, porque una cosa es la " unidad nacional " y otra la " unidad política ". ¿ Qué sucedería entonces ? Que apenas fraccionado y dividido el Estado, el extranjero aprovecharía la división y la debilidad de las regiones y encontraría en ellas un aliciente para su codicia y penetraría en el territorio queriendo apoderarse de la Nación o región que creyera más débil para extender el dominio a las demás. Sentirían las otras la herida porque se trataba ya de cosas que a todas afectaba; y entonces la hermandad volvería a vivir expresada políticamente en vínculos federativos, y surgiría del fondo de los Estados separados una federación. ¿ Y qué ? ¿ No véis que así, de esa misma división circunstancial y pasajera, volvería a salir la vida nacional común, y por la fuerza de la necesidad de la defensa unida, la misma unidad externa del Estado ? ¿ Y qué sucedería en el caso contrario, en aquél que extinguiéndose toda iniciativa y toda vida regional, el Estado llegase a sustituir la vida de todas las regiones con la suya propia ? ¡ Ah !, entonces, negada toda iniciativa, extinguida toda energía, secadas las fuentes de originalidad, seríamos pasto de cualquier " conquistador ", apareceríamos sin fuerza, sin vigor, sin vida, y lo que habría sido Nación Gloriosa no sería más que sepultura de un pueblo. Es peor y trae todavía consecuencias más desastrosas ese centralismo absorbente que mata toda energía, que aquel separatismo absurdo y circunstancial que tiene que terminar siempre por suicidarse sometiéndose a una federación que supone toda una Historia. "
No digo que sea palabra divina, pero sí muy ilustrativa y conocedora de nuestra realidad patria; donde el centralismo ha traído peores consecuencias aún que los separatismos; ni uno ni otro justifico, acudo a nuestra Tradición, no más.
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