Iniciado por
Valmadian
De todo el contenido del artículo reproducido en el anterior mensaje, hay aspectos que me llaman la atención: no quieren una integración, pues por lo que se ve lo considerarían como una pérdida total de identidad. Plantean, en cambio, toda una batería de exigencias que sumadas a cierto lenguaje, implican la necesidad de un territorio propio, más aún, con el sostenimiento de las llamadas "Leyes Gitanas", se autoequiparan a un Estado tal como hacen referencia a algunos países, entre ellos la propia España. Encontramos aquí cuestiones muy distintas a las que corresponderían a la integración que pusiese punto final a esos cinco siglos de incomprensiones y persecuciones. Lo que se plantea, aunque no se diga explícitamente, es la reivindicación de un Estado gitano. La referencia a la existencia de unos quince millones de individuos en todo el mundo, es toda una muestra de ello. Así, la cuestión es en qué parte del mundo podría constituirse tal Estado. Y el siguiente paso sería quién les cedería un territorio para ello. Entiendo que el pueblo gitano tiene un problema en lo que a territorialidad se refiere, pero su dispersión, sus costumbres de deambular de un sitio a otro y así durante los seis siglos de presencia en Europa (cinco ya en España y Portugal), no han favorecido en modo alguno tal posibilidad. Hoy las fronteras son más permeables que antes, pero a los movimientos de capitales, mercancías y personas, pero políticamente más rígidas que en tiempos anteriores. Por otra parte, un elemento común a "todos" los pueblos nómadas, es el de carecer de Estado. Vemos que bereberes y tuaregs, por citar dos ejemplos, carecen de Estado. El caso bereber es paradigmático, pues sus aproximadamente ocho millones de individuos se reparten entre Argelia y Marruecos sin encontrar salida alguna a su realidad como pueblo diferenciado. Desde esta premisa, los gitanos que hay en España son "españoles" en la medida en que tienen DNI, S.S. al menos una parte, pagan impuestos, etc., es decir, desde un punto de vista legal-administrativo. Por supuesto, aquellos de entre ellos que aceptando la integración así lo han hecho, también. Pero si nos atenemos a los argumentos que están plasmados en el artículo reproducido en el # 60, la cuestión no es tan clara. Una minoría que entra en territorio de otros, bien por inmigración, bien por conquista, y que acepta integrarse, al cabo de pocas generaciones acaba por ser parte integrante de la mayoría. Pero si esa minoría no acepta las condiciones imperantes entre la mayoría, no puede considerarse parte de la misma, esto es de cajón. Generalmente, los rechazos suelen ser recíprocos. El estudio en profundidad de los prejuicios es ya bastante antiguo, al menos dentro de la historia de las Ciencias modernas, y es evidente que cuando no se da la integración o, en términos más antropológicos, la aculturación, o enculturación, el rechazo será algo inevitable. El articulista afirma que los gitanos inicialmente fueron bien recibidos, pero siguiendo con sus costumbres empezaron a ser vistos como extraños. Con ello no afirmo que sean "culpables" de su situación, pero si "corresponsables en buena medida. Mientras las estructuras del Estado y de la sociedad no alcanzaban a todos los rincones del territorio, pues no hubo especiales problemas. Pero hoy en día en los Estados modernos, el poder de los mismos llega hasta el último lugar o situación. Dado que los Estados detentan la legitimidad del uso de la fuerza en exclusiva, no hay otra salida que adaptarse. Si, hay una más: irse..., ¿pero adónde?
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