
Iniciado por
Valmadian
En mi opinión, la cuestión no está en la música, que es una manifestación cultural, sino en las leyes gitanas, que son leyes consuetudinarias no integradas en el Derecho Positivo español y que pueden plantear problemas de soberanía del Estado respecto de una minoría de ciudadanos que no acepta lo que llaman "leyes payas".
Por supuesto, hay gitanos con estudios universitarios (el 1%), y otros que llevan una vida perfectamente integrada dentro del común de la sociedad española. Pero el problema no radica en los individuos en si, sino en las reivindicaciones que hoy están haciendo desde las organizaciones gitanas constituidas.
Desde mi punto de vista, y en base a esas reivindicaciones que se pueden leer en ambos enlaces (son lo mismo), o en los artículos que puse en otros mensajes anteriores, las soluciones que plantean implican modificaciones necesarias en nuestras propias leyes. Si la comunidad gitana en España no reivindica un territorio propio, si lo hace respecto al reconocimiento de sus leyes y sus propias instituciones para aplicarlas. La forma de darle un estatus jurídico válido sería empezar por modificar la Constitución a efectos de reconocer otra nacionalidad diferente a la española, ya que se consideran pueblo gitano diferenciado del resto. Dicho reconocimiento debería posibilitar un estatuto gitano o, un fuero gitano, acorde con un previo registro gitano, ya que no hay un censo de gitanos desde el siglo XIX. Una vez llevado a cabo un proceso semejante, la comunidad gitana a través de sus instituciones deberían reconocer la soberanía española, es decir, integrar sus leyes, aplicables a los gitanos, en el Corpus legal español.
Sin embargo, todo esto conlleva ciertos riesgos. El primero se refiere a la situación jurídica de los gitanos en otros Estados, pues una legislación adaptada, tal como acabo de plantear, tendría un efecto llamada indudable. Segundo, ¿todos los individuos que pasan por gitanos lo son realmente? me estoy refiriendo a los quinquis, que no es una etnia, sino un grupo social marginal. Tercero, un estatuto tan especial ¿no abriría la puerta a otras reivindicaciones similares de etnias cada vez más implantadas en España y en otros países bajo el reclamo de la multiculturalidad? Cuarto, ¿cuál sería la respuesta de los movimientos independentistas periféricos?, quinto, ¿cómo afectaría a un nacionalismo español medio hibernado, pero latente?
Ahora la cuestión la plantearía de otro modo: ¿cuál sería la respuesta de la comunidad gitana nacional si se instituyese un Estado gitano en algún territorio de cualquier parte del mundo?
La tentación de compararlos con los judíos parece inevitable, pero la situación de hecho no es igual. Los judíos tienen una seña de identidad común en la religión, no en leyes propias en cada comunidad judía. En cada país en el que viven la mayoría está perfectamente integrada, y mantienen sus especificidades. Pero los gitanos esgrimen y exigen respeto por sus propias leyes, y eso es algo muy distinto. Ningún Estado admite en su territorio una legislación ajena que no controla.
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