"Cabeza de Pólvora" -como le llamaba Ernst Jünger a Nietzsche y así lo ha hecho Venator- es un autor más complejo de lo que pudiéramos pensar.

En "Así habló Zaratustra" hay un capítulo, titulado "De las tarántulas", en el que Nietzsche se emplea a fondo contra el igualitarismo. Cuando lo leo, pienso que "Cabeza de Pólvora" estaba fustigando a la Masonería.

"Así os hablo en parábola a vosotros los que causáis vértigos a las almas, ¡vosotros los predicadores de la igualdad! ¡Tarántulas sois vosotros para mí, y vengativos escondidos.

Pero yo voy a sacar a luz vuestros escondrijos: por eso me río en vuestra cara con mi carcajada de la altura.

Por eso desgarro vuestra tela, para que vuestra rabia os induzca a salir de vuestras cavernas de mentiras, y vuestra venganza destaque detrás de vuestra palabra "justicia".

Pues que el hombre sea redimido de la venganza: ése es para mí el puente hacia la suprema esperanza y un arco iris después de prolongadas tempestades.

(...)"

Según Curt Paul Janz, el biógrafo más solvente de Nietzsche, tras la lectura de "El mundo como voluntad y representación" de Arthur Schopenhauer, Nietzsche tuvo la idea de formar una "masonería schopenhaueriana", así lo testimonian algunas cartas llenas de fervor por el pesimismo de Schopenhauer, escritas por Nietzsche a algunos de sus amigos.

Sin embargo, el capítulo "De las tarántulas" es una maravillosa contradicción al igualitarismo predicado por las logias masónicas y creo que dice mucho de ese espíritu atormentado que, pese a su demencia, tenía muy claro que el mundo que no le gustaba era el mundo de los igualitaristas.