La periodista Victoria Prego fue siempre alguien que daba la impresión de no haber roto un plato, pero miembro muy activo del "Pesebre". Contumaz miembro del "contubernio democratista" que nos trajo el régimen que llevamos cuarenta años padeciendo. Es de esas "personalidades" que cuando la tortilla dé la vuelta, habrá que retirar sus condecoraciones o menciones, y relegarla al olvido. Cuidado con los textos que ha publicado, porque como dice Francisco Torres en esa carta que le dirigió, ella tuvo acceso a una gran cantidad de información, pero lo jugoso del asunto es como manejó dicha información. Y es que ese tipo de documentación de difícil acceso, o del mismo reservado a unos cuantos, suele tener la dificultad de resultar muy complicado de rebatir, en resumen, justo, justo, lo opuesto a todo principio de investigación empírica, o lo que es igual, anticiencia en estado puro.