Es frecuente, por ignorancia la mayor de las veces, que el hombre se adhiera al error y le profese culto, lo cual es sencillamente propio de majaderos o de malvados. Nos enteramos que una dirigente del PP, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid --título oficial--, estaría encantada con posar desnuda en una revistilla de tres al cuarto con tal de enseñar sus carnes a la horrorizada población. Es decir, estaría encantada en favorecer con su aportación carnal a la pornografía.
Nos enteramos también que otro afamado dirigente del PP, en este caso el Líder de ese partido político, estaría encantado en asistir a la supuesta "boda" de un supuesto hijo al que se le supone sodomita.
Nos enteramos también que otra dirigente del PP, la que en su día fue Ministro de Sanidad, está encantada con la ley que permite la experimentación con embriones humanos, ley que se jacta de haber sido autora.
Nos enteramos también de que el actual Alcalde de Madrid, también del PP, está encantado de donar dinero municipal para repartir la pildora del día después, guías pornográficas para jóvenes y actuaciones teatrales en contra de la Religión. Asimismo, nos enteramos que en los gobiernos del PP el aborto no sólo no disminuyó, sino que aumentó y además, en la mayoría de los casos, por prácticas ilegales (suponiendo, que ya es mucho suponer, que la despenalización sea legal).
Y nos enteramos también que todos estos personajes asisten frecuentemente a la iglesia y se autotitulan católicos practicantes. Y, ¿se enteran estos y otros de algo, o no se enteran de nada? Porque, lo primero que tienen que tener en cuenta los católicos en la política es que:
Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad. Ante estas exigencias éticas fundamentales e irrenunciables, en efecto, los creyentes deben saber que está en juego la esencia del orden moral, que concierne al bien integral de la persona. (NOTA DOCTRINAL sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, Congregación para la defensa de la Fe).
Y esos principios morales que no admiten concesiones son: el divorcio, el aborto, la eutanasia, la experimentación de embriones, la pornografía, las uniones de personas del mismo sexo, los anticonceptivos, la corrupción de los jóvenes y la persisitencia en el error.
Es decir, y siguiendo la misma nota, los católicos que han participado en esas abominaciones y las han consentido dentro de sus partidos, no haciendo pública y notoria su disconformidad y su enconada lucha en contra de las mismas, han abjurado de facto de la fe para adherirse ideológicamente al error y por tanto, los católicos están
obligados a no votar a esos partidos.
Y eso no lo decimos nosotros, eso es lo que dice la Iglesia. Ni más, ni menos. Así, que entre los desnudos y el error institucionalizado, decimos aquello de que: "entre claveles y rosas su majestad es coja."
Tercio Católico de Acción Política
Marcadores