Independientemente de la adulteración bastarda del "todos" (en vez del correcto "pro multis" de la Misa Tridentina) en la Nueva Misa de 1969, debe indicarse:
El "pro multis" de la consagración del vino indica que "muchos" tendrán eficacia y fruto del Sacrificio; no obstante esa Sangre haber sido derramada por todos los hombres del mundo: "No hay hombre en el mundo por vil que sea por quien no haya sido derramada esta sangre". Opinar lo contrario sería jansenismo.
Cristo murió por todos los hombres (Dz 1096); no únicamente por los predestinados (Dz 1096, 1382); ni únicamente por los fieles (Dz 1294); aunque no todos reciban el fruto de la redención (Dz 319, 795, 1362, 1380).
Respecto al judaísmo, cuando se busca recalcar su perfidia hacia los cristianos, sería más correcto referirse a ellos como "la Sinagoga", por el sentido de confrontación hacia la Iglesia, y de disculpa frente a individuos o colectivos judíos neutrales.
Pero lejos de disculparles o de minorizar su deicidio, la actitud católica respecto a ellos digamos que tampoco debiera ser de odio sino de una sana y prudente antipatía.
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