Mucho me temo estimado Rodrigo que sea cierto que cada vez hay más "separadores", es algo que se nota en las conversaciones y en los mensajes de la gente aquí y allá. Y entiendo que el enfoque es totalmente erróneo. Dice el artículo que la gente está harta del chantaje independentista, ya sea catalán o ya sea vasco, pero lo lógico es que estuviesen hartos de este régimen y de sus políticos. Ante los acontecimientos que se suceden, se sigue escuchando a toda esta lacra polito-parasitaria como se llenan la boca de estúpidas ideas y ridículos argumentos para justificar sus sueldazos y cargazos, mientras a los demás nos van "dando por la mené" cada vez con mayor fuerza toda esa pandilla de mierdas.

Ahora bien, no queda exenta de culpa esa mayoría sociológica catalana que lleva callando 37 años (los que llevamos soportando este régimen) mientras miran hacia otro lado. En cada Diada esa mayoría aprovecha para ir a pasar el día a la playa o al campo con la familia, y anda que no hay días en el año para esos menesteres. ¿Dónde estaban en la última? Las imágenes del domingo en el Campo Nou fueron totalmente deplorables, y no lo digo por los que ondeaban esas esteladas y formaban el mosaico con cartulinitas -por cierto ¿quién ha pagado todo eso?-, sino por los que ni agitaban, ni aplaudían, ni vociferaban, hablo de "los sentados y cruzados de brazos" que fueron incapaces de exigir siquiera que fútbol y política no se mezclasen; que fueron incapaces de pitar a Rossell y darle una pañolada blanca pidiendo su inmediata dimisión. Esto es lo de siempre, "unos por otros y la casa sin barrer". Ahora hay que temer, y con razón, la réplica en el Bernabeu en el mes de marzo..., meses para prepararla del mismo modo que la "catalanada" del domingo no se preparó en un par de días.

La pregunta es obvia ¿qué vais a hacer los catalanes no independentistas? No me refiero a ti y a unos cuantos voluntariosos y leales catalano-españoles, sino a esa mayoría silente que después lamentarán no haber hecho otra cosa que tocarse los bemoles. Lamentablemente Cataluña se ha convertido en un severo problema para España, y para Europa pues muchos ojos separatistas en otros países de la UE están mirando hacia la ciudad de Barcelona, verdadero corazón del problema pues el resto del país va de la mano y a empujones.