Se trata de un pure con diversos elementos: bacalao en salazón, aceite de oliva, patatas, ajo y nueces serranas.
Es una comida totalmente determinada por las condiciones geográficas y sociales de La Mancha que ha pasado a ser ofrecida por los mejores gastrónomos y alabada por los más exigentes paladares. Es una comida hipercalórica (en general como todas las manchegas) que solían tomar como desayuno los pastores o que se tomaba para almorzar o comer (últimamente se confunden ambos términos) durante los duros inviernos manchegos cuando había que tener bien llena la despensa ante el aislamiento de las nevadas.
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