Seguro que le parecerá menos demagógicas las medidas esas del reparto urbi et orbe del "impuesto negativo", etc, etc... es decir, la política del "PER para todos". Si eso ya lo han inventado en Andalucía los socialistas, y fíjese los resultados que ha dado. Ese tipo de políticas son la puerta abierta al clientelismo político y el triunfo institucionalizado del mas puro "caciquismo".
Me parecen igual de demagógicas. Y ya se sabe, Jasarhez, que donde hay acuerdo no cabe discusión.

Sencillamente, este señor se desmarca abiertamente del pensamiento dominante neo-liberal, para acercarse a las tesis de economístas como Keynes; unas tesis que el mundo jamás debiera de haber abandonado, y mucho menos para echarnos en las garras del neo-liberalismo. No digo que el keynesianismo sea ninguna panacea, Dios me libre... pero mucho mas bueno que lo que tenemos hoy en día, sin lugar a duda. Solamente los millonarios lo dudan y les molesta que se hable en público de la vuelta a este tipo de modelos económicos.
El keynesianismo y el neoliberalismo son dos caras de una misma esencial política económica de redistribución de la renta dineraria existente, para intentar solucionar el problema que ha estado llevando de cabeza a los economistas desde la Depresión de los años ´30: ¿cómo es posible que haya pobreza en gran parte de la comunidad política vis a vis con una ingente abundancia de bienes y servicios producidos en esa misma comunidad política? ¿cómo conseguir que la demanda real de la población se convierta verdaderamente en una demanda efectiva, es decir, respaldada con la posesión de dinero? es decir, ¿cómo conseguir que todos esos bienes y servicios que la parte productiva de la comunidad política (es decir, una parte de la comunidad) lleguen efectivamente a la parte consumidora de esa misma comunidad política (es decir, toda la comunidad)?

En la encrucijada de los años ´30 todo el mundo veía que la respuesta tenía que ver o depender de cómo y de qué forma se manejara la cuestión financiera o del dinero para solucionar ese problema. Se dieron muchas respuestas interesantes, pero toda la discusión se concentró y focalizó principalmente en dos economistas: J.M.Keynes por un lado, y C.H.Douglas por otro lado.

Keynes decía que para conseguir crear o aumentar la demanda efectiva de la población era necesario que la población sólo recibiera sus rentas del hecho de estar metido en un empleo; crear una política de pleno empleo; y que el Gobierno se conviertira en agente principal de la creación de empleo mediante la realización de planes económicos públicos o mediante la orden dirigida a las grandes macroempresas privadass de crear planes productivos que crearan empleo en la población.

Douglas, por su lado, simplemente decía que no hacía falta realizar trabajos o crear empleos innecesarios para la comunidad política con el objeto de distribuir, de esta manera antes descrita, dinero entre la población, para así reactivar la economía y las ventas. Simplemente señalaba que esta disparidad o brecha entre ingresos de la población y precios a la venta de los productores se podía fácilmente cerrar creando directamente nuevos créditos para el consumo (libres de deuda) a favor de la población (basta señalar por ahora el principio sin entrar en los aspectos técnicos en cuanto a su aplicación práctica concreta), para reactivar así la economía y las ventas (sin necesidad de tener que enfrascarse en ningún proyecto productivo creador de empleo).

Dicho con otras palabras, y aplicándolo al caso concreto español que estamos viviendo ahora: que para que un padre de familia pueda obtener el dinero necesario para hacer su compra de la cesta semanal (por poner un ejemplo), no es necesario que antes tenga que integrarse en un proceso productivo de algo completamente inútil e innecesario (y despilfarrador de bienes materiales y energía humana) para la comunidad política, como por ejemplo, la construcción de un aeropuerto en Ciudad Real o en Castellón.