Re: España e Inglaterra

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Valmadian
el 4 de agosto de 1704. Salinas no se rinde a los ingleses, sino a Carlos III de Austria, rey de España.
Aquel Tratado, en lo concerniente al Peñón, decía así:
“El Rey Católico cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, (...) dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno. Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. (...) Y si se aprehendieran algunas mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarán al fisco y serán castigados severamente los culpados. (...) Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla.”
Aquello era, ciertamente, una borbónica bajada de pantalones, pero sólo hasta cierto punto. Primero, España no aceptaba la legitimidad de la captura inglesa de Gibraltar. Además, la cesión quedaba sometida a numerosas condiciones: la supresión del comercio entre la plaza y el territorio vecino, y el respeto por parte de Inglaterra del culto católico en la plaza[/B]. Desde entonces, y va ya para tres siglos, los ingleses han incumplido reiteradamente ya no sólo la legalidad, sino sus propios compromisos.
Para mi dichas relaciones han estado determinadas por una ley histórica inexorable: dos potencias con los mismos intereses hegemónicos y comerciales sobre los mismos objetivos. Por eso hay paralelismos entre Rusia y Alemania, o entre Italia y Austria, entre Grecia y Turquía..., además de otros muchos casos. .
Lea usted con detenimiento, entre ambos pretendientes re-ga-la-ron el Peñon. "Es que no han cumplido con los ciertos puntos establecidos en el Tratado" . ¡Claro! a usted le regalan una casa con la condición de no tener inquilinos alquilados, de no poner un comercio junto al portal y va usted y no lo cumple, le reclaman quienes se la regalaron y los descendientes de usted y los ellos, y los suyos de usted aceptan la devolución de la propiedad. ¡De traca!
El problema está en nosotros, el problema somos nosotros. Lo único que se reclama hoy en día son las aguas jurisdiccionales que, en efecto, son espacio robado por ellos, lo que se les puede reclamar son los metros cuadrados que han ido ganando al mar. Y eso se lo cuenta usted a ellos, no a mí, y deje de fastidiar el hilo de una vez.

Iniciado por
Valderrábano
No me quejo. Simplemente digo que la competencia comercial no explica la frialdad existente entre España e Inglaterra.
Los ingleses tienen un carácter frío y eso es algo archiconocido pero, además, si tienen que bregar con fanáticos que ellos consideran que los perjudican, con mayor motivo aún, ¿o es que no ha oído nunca aquello de "ladran, luego cabalgamos"?
Respecto las tropas españolas en los Países Bajos, decir que desaparecieron hace más de 300 años.
Es usted quien las mencionó como ejemplo de lo "guays" que éramos. O sea, ponemos a parir a los países ocupantes de Irak o Afganistán, y resulta que nosotros lo hacíamos hace ya 400 años, ¡¡¡ manda... !!! Y encima nos quejamos, protestamos y hacemos como esos "aliados ad hoc" que llaman a terroristas a los nativos.
Sin embargo la ocupación de Gibraltar persiste a pesar de que ya no hay nada de aspectos hegemónicos ni aspectos comerciales en juego como Vd dice
¿Tiene usted algún problema de comprensión con lo que digo? ¿Cuándo y dónde he dicho yo nada de hegemonia e intereses comerciales sobre Gibraltar? ¡Diga! ¿Dónde? Dicha frase obedece a un hecho que se da siempre y en todos los rincones del planeta cuando dos pueblos o dos potencias chocan sobre el mismo terreno. Vamos, es lo de dos gallos en el mismo corral, pero como usted tiene neurosis obsesiva con Gibraltar no es capaz de ver ni entender nada que no se refiera al Peñón. Y, además, se ve que es incapaz de entender la gravedad del texto del Tratado de Utrech.
Lo que SÍ hay es una falta de escrúpulos total por parte de Inglaterra,
un patriotismo británico mal entendido, y ganas de aprovecharse de una posición todavía privilegiada para seguir
haciendo AQUÍ lo que ya no se puede hacer en ninguna parte: COLONIZAR.
En lo único que puedo coincidir con usted es sobre el estatuto de colonia que tiene Gibraltar. Pero le diré a usted que dé gracias a Dios por ello, pues debido a la existencia del actual Derecho Internacional Público -que no es de obligada aceptación para los Estados-, es posible que acaben devolviendo el Peñón. Porque si cambian dicho estatuto y lo declaran como territorio nacional de ellos, a partir de dicho instante a los niños en el colegio habría que enseñarles que España limita también con Gran Bretaña.
No sea ridículo mencionando cuestiones de religión que han quedado olvidadas entre otras cosas porque nunca fueron más que politiqueo entre reyes, príncipes y Papas... de religión nada de nada.
Le diré para su información, y de ahí a que yo le diga que todavía no se ha enterado de donde está en este sitio, que aquí todos debemos ser ridículos (según usted, que es portavoz de la única posible verdad, "Sr. Ciruela"), porque todos vemos que la cuestión religiosa ha sido, y es, a lo largo de la historia de ambas naciones una fuente permanente de problemas. Y eso se lo dicen a usted todos los historiadores para, además añadir, que hasta usted lo menciona dedicando todo un mensaje a Guido Fawkes y a los ingleses e irlandeses que se alistaban en los Tercios de Flandes y que se supone que usted debería y tener "muy olvidadas" pues también se trataba de politiqueo de reyes, príncipes y papas, mensaje adornado de dos peliculitas de lo más rollazo. Ya le he repetido hasta la saciedad que no ofenda, ni insulte, y menos a mi inteligencia. Por cierto, Hispanismo.org es un sitio Católico, Apostólico, Romano, de modo que tenga eso muy presente a la hora de hacer ciertas afirmaciones. muy presente.
Y termino, cuando vaya usted a Inglaterra con motivo de su trabajo, tal como explicó en otro mensaje, les cuenta usted a ellos todo lo que está diciendo aquí; les cuenta cómo ha de ser "SU" patriotismo para no ser mal entendido, y una hecho, se levanta del sitio y se vuelve con su "comercial cartera vacía", eso sería coherencia.
Última edición por Valmadian; 26/01/2014 a las 15:36
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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