Re: En defensa de los toros

Iniciado por
Alejandro Farnesio
Me hizo gracia ayer un amigo mío diciéndome: "Los católicos no respetan en mandamiento de No matarás en las corridas de toros". Para caerse de espaldas, vamos.
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA HISPANIDAD!
¡Jó! vaya amigos "gastas". Uno que según progresa en sus exiguos conocimientos de Física, --aún no está de "retonno"--, se va haciendo más y más ateo (¡qué listo el Evaristo que asocia lo inasociable! y que me recuerda a "el maestro Ciruela que, aunque no sabía leer, montó una escuela.") Y ahora este otro del que no sabemos de sus intenciones: o es que eleva al toro a categoría de hombre; o es que al hombre lo reduce a categoría de toro. Lo que es manifiesto es que no ha entendido lo que significan "Los Mandamientos" y, muy posiblemente, jamás los entenderá.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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