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JOSÉ MARTÍ, ¿ AUTORITARIO Y ANEXIONISTA ?




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¿Martí, anexionista "a la mexicana”?

Fuente: TIEMPOS DE REFLEXION (Para artículo completo presione el enlace)


Por Carlos Manuel Estefanía
Director de la revista "Cuba Nuestra”
Estocolmo.

Cuando conocemos los términos en los que Martí, quién trabajó, conspiró y amó en los Estados Unidos, condenó a aquellos que buscaban, todavía a fines del siglo XIX, convertir a Cuba en una estrella más de la bandera estadounidense, no puede dejar de sorprendernos la idea de que el independentista cubano haya podido abogar por alguna variante de la anexión. Sin embargo, esto es lo es lo que ha sugerido en uno de sus artículos, publicado pocos años antes de morir, Manuel Moreno Fraginals. Se trata del historiador más importante de aquellos con los que contó la "Cuba socialista". Fraginals trabajó durante décadas como investigador y profesor de historia en la Cuba de Fidel Castro, marchándose definitivamente del país antes de su deceso. En el año 2000, estando ya fuera de su patria, publicó una serie de trabajos que indagan en buena medida en los conflictos hispanocubanos del siglo XIX. Entre los trabajos aparece uno, titulado "El anexionismo". Allí aparece el siguiente párrafo:

"Todavía a fines del Siglo XIX, algunos pensaron, como solución al conflicto cubano, que si no se le podía ganar la guerra a España lo mejor era anexarse a México. Tampoco esta opción prosperó, aunque por los pocos documentos que han quedado se sabe de las conversaciones que a este respecto sostuvo José Martí con el tristemente célebre dictador mexicano Porfirio Díaz hacia fines de aquel siglo.”

No ha sido Fraginals el primero en abordar el tema de la anexión de Cuba a México, aunque probablemente sí el primero en involucrar a Martí en esta tendencia. Sin ir mas lejos, he encontrado en mi biblioteca personal una vieja referencia al tema, recogida en el libro de Ramiro Guerra, "El camino de la independencia". Se trata en realidad de un estudio centrado en las rivalidades entre Estados Unidos e Inglaterra, derivadas de sus intereses en Cuba. Allí se alude a las pretensiones mexicanas y colombianas sobre la isla caribeña. Se explica que, terminada la guerra contra España en el continente, era natural que la confrontación prosiguiese en el mar. México estaba particularmente interesado en atacar a Cuba, el principal arsenal de España en América y base de operaciones contra ese país. Si la isla era ocupada, tendrían lo mismo México que Colombia una buena presa para negociar el reconocimiento definitivo de la independencia, a cambio de la devolución de la isla. Por eso, los dos países recién independizados planearon el envío de expediciones contra Cuba, a la vez que fomentaban conspiraciones que facilitaran sus planes. Muchos de los revolucionarios cubanos de entonces creyeron ingenuamente en las intenciones libertadoras de los dos nuevos países, pero más tarde descubrieron que los afanes de poner fin a la tiranía española sólo obedecían a los intereses particulares de los estados recién surgidos en tierra firme. Uno de los primeros criollos que reaccionó fue el poeta José María Heredia. El cantor por excelencia de la libertad de Cuba apelaría en una oda a sus compatriotas para que proclamaran la independencia antes de que fuesen liberados por quienes podrían convertirles en "ilotas de América”.

Heredia, tras su vasta experiencia como político e intelectual cubano emigrado en México, sabía lo que le esperaría a Cuba si caía bajo la égida de su segunda patria. Heredia, al final de su vida y tras amargas vivencias, renunció definitivamente a los afanes independentistas de su juventud, ganándose con ello el rechazo de los separatistas. Paradójicamente, la memoria del poeta encontró con los años su defensor en alguien famoso por sus ideas independentistas: José Martí.

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Heredia y México (VIII parte)

Por: Oscar Ruíz Miyares
Fecha: 2003-12-18
Fuente: CUBARTE


(Cubarte).- En 1834 José María Heredia ha roto todos sus vínculos y relaciones con el general Antonio López de Santa Anna, Presidente entonces, de los Estados Unidos Mexicanos, lo que casi equivalía a un suicidio político para el poeta. José María que con sus esfuerzos lo ayudó, y con su voto contribuyó a que alcanzara la más alta investidura del país, escribía entonces a su madre: -desde sus atentados de 1834 nos hemos extrañado uno de otro, y si se acuerda de mí es para aborrecerme sólo porque no apruebo sus yerros y felonías, como la turba de parásitos que le rodea-. En mayo el poeta redacta un manifiesto que firman los vecinos de Toluca contra el sistema centralista que pretendía establecer Santa Anna.

El 27 de septiembre de 1834 Heredia pronuncia un discurso en la Plaza Mayor de Toluca en conmemoración de la independencia de México. Aquí además del recuento histórico, nuestro escritor, pone énfasis en la difícil situación política que vive el país. Entonces manifiesta: - (...) La ambición de algunos y la ignorancia lamentable de las masas han sido las amargas fuentes que han abortado con el dominio de la guerra civil un torbellino de crímenes y desgracias. Los hermanos se han perseguido con rabia frenética, y brazos mexicanos han vertido a torrentes sangre mexicana. La inseguridad, el terror, han hecho desaparecer las riquezas, y producido la miseria pública; la inmoralidad hace progresos horribles, y por todas partes resuenan gritos de dolor, o nos aterra el silencio sombrío de la desesperación o la muerte- . Al final concluye: -(...) Los padres de la independencia, los héroes cuya gloria conmemoramos (...) Nos advierten que perecieron por darnos patria, no por abrir teatro ignominioso a nuestros crímenes y locuras. (...) Sabiduría nos guiará en el camino del bien; todos seguiremos sus huellas, y pondremos base firme a la dicha nacional, elevando un templo indestructible a la reconciliación y a la concordia-.

Nombrado en octubre de 1834 como director del Colegio del Estado, el poeta abre allí las cátedras de Jurisprudencia, Gramática Latina, Inglés y Francés.

En enero de 1835, y sólo cuando el general Santa Anna entrega el gobierno al general Miguel Barragán, Heredia es designado Magistrado en propiedad de la Audiencia del Estado de México y sucesivamente lo nombran miembro de la Comisión que redacta la Revista Mexicana, miembro del Instituto de Geografía y estadística, de las Academias de la Lengua y de la Historia, y en febrero Rector del Colegio del Estado.
El exceso de trabajo, las privaciones, molestias, disgustos, la inmoralidad, la ingratitud, la maldad y la injusticia de que ha sido víctima, han mellado el cuerpo y el alma de Heredia.

En carta amarga y triste que José María escribe a Tomás Gener apunta: -Sí, amigo, ya no es posible que un hombre de bien viva en este desgraciado país. ¿Fue acaso terrible locura, o un generoso intento de mis años mozos, cuando soñé fundar la República de Cubanacán en la tierra que amo tanto?. Nunca se me ocurrió, a pesar de haber visto en Venezuela, los extremos bárbaros de la guerra a muerte, que estos países abandonen la tutela de España por la aventura de perpetua anarquía. Yo mismo fui Secretario de Santa Anna, le seguí con graves riesgos de la propia vida, y le he visto cambiar, en menos de cinco años, de la extrema izquierda a la derecha exagerada, como si las doctrinas políticas fueran simples trajes de ocasión para vestir a capricho (...) la patria se le rompe en las manos y todavía, sin prestigios, como ahora, tiene detrás muchos hombres que le siguen. (...) Ya México, desangrado, empobrecido, no es sombra del México virreinal que conocí junto a mi padre, ni menos el de otras épocas, de comienzo del siglo XIX, bajo el pacífico gobierno de España-.

Esta carta de Heredia es decisiva para conocer como ha ido evolucionado su modo de pensar en torno a la lucha por la independencia de nuestros pueblos contra España. Sumido en la decepción y el desengaño, el poeta ha recibido en diciembre de 1835 un retrato de su madre que ansiosamente había pedido tiempo atrás. -Lo he traído conmigo, y lo he colgado en mi estudio, a un lado de mi mesa, para tenerlo siempre presente. (...) Sin duda está parecidísima y yo la hubiera conocido, a pesar de las inevitables alteraciones consiguientes al curso de los años.(...) Todos los días lo enseño a mis hijos, mientras llega el tiempo anhelado de que conozcan a Sumd. (Su merced) y la amen y acaricien personalmente. Adjuntos hallará (...) unos versos que me ha inspirado el corazón, que aunque carecen de adornos poéticos, serán preciosos para una madre-.

-Al recibir el retrato de mi madre- es un poema que escribe Heredia en enero de 1836, y allí hace alusión a la negativa del general Miguel Tacón de permitirle regresar a Cuba, por no considerarlo entre los favorecidos con la amnistía concedida por la reina Cristina de España en 1833.

(...) Tres años ha que por la vez primera
Desde el tronco español se pronunciaron
Los dulces ecos de la paz y olvido.
!Oh! cómo palpité ...! La fantasía
Con mágica ilusión mostróme abiertos
Los campos deliciosos de mi Cuba,
Y entre sus cocoteros y sus palmas,
Al margen de sus plácidos arroyos,
Con mi familia cara y mis amigos
Me hizo vagar. Al agitado pecho
Pensé estrechar a las hermanas mías,
A mi madre inundar en llanto dulce
De inefable ternura, y en su seno
Deponer a mis hijos ... Mas sañudo,
Arbitrario poder frustró mis votos:
Que en la opresa, infeliz, hollada Cuba,
De viles siervos abatida sierva,
No le es dado hacer bien ni al mismo Trono:
Su voluntad la eluden los caprichos
De sátrapa insolente! ... Se arrastraron
Dos lustros y dos años dolorosos
De expatriación, de lágrimas y luto,
Y en los hispanos pechos implacable
Arde vivo el rencor ...



La carta polémica a Tacón

Heredia puso todo su empeño para obtener la concesión de pasar tan sólo dos meses con su añorada familia en su querida Cuba. En carta remitida a su hermana Ignacia le pregunta: -¿Quién habrá tenido la bondad de prevenir contra mí al Sr. Tacón, para que me cierre las puertas de mi patria?-. Es entonces que el 1ro de abril de 1836 redacta la carta que dirige al capitán general de Cuba, Miguel Tacón, en la que solicita autorización para visitar a su madre en Matanzas, al acogerse a la amnistía dictada en Madrid. Entonces escribe: -Se me asegura que V. E. expresó saber que mi viaje tendría un objeto revolucionario, por lo que no dudo que sus informantes me han calumniado cruelmente. Es verdad que ha doce años la independencia de Cuba era el más ferviente de mis votos, y que por conseguirla habría sacrificado gustoso toda mi sangre. Pero las calamidades y miserias que estoy presenciando hace ocho años, han modificado mucho mis opiniones, y hoy vería como un crimen cualquier tentativa para trasplantar a la feliz y opulenta Cuba los males que afligen al continente americano.-


Veamos a continuación algunos criterios en torno a la famosa carta:

Salvador Bueno: Desilusionado por las continuas luchas civiles, Heredia renuncia a sus ideas liberales. Escribe (...) una carta al capitán general Tacón, pidiéndole licencia para regresar a Cuba. Retorna a La Habana, sus amigos lo desdeñan, visita a su madre. Su estancia dura dos meses. Vuelve a México y muere el 7 de mayo de 1839. ( Historia de la Literatura Cubana (Editorial del Ministerio de Educación, La Habana, 1963. p.63 )
Rine Leal: Escribe a Tacón una carta implorando su regreso a Cuba dentro de la amnistía dictada por la regente Cristina, y se arrepiente de sus ideales libertadores.

Apenas dos meses vive en Cuba luego de una ausencia de trece años. Un solo amigo, el eterno Domingo Delmonte, lo / recibe, pero lo marca para siempre al llamarle ángel caído, y a los 33 años Heredia es una sombra del adolescente que huyó de su patria como todo un personaje trágico. ( La Selva Oscura Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1975 p.p. 127 128)

Diccionario de la Literatura cubana: (...) Escribe a Miguel Tacón una carta (...) en la que se retracta de sus ideales revolucionarios y solicita permiso para volver a su patria (...) Concedido el permiso, llega a La Habana a principios de noviembre. Sus antiguos amigos, con Domingo Delmonte a la cabeza, desaprueban la carta a Tacón y rehuyen su compañía. Enfermo y desalentado, embarca de regreso hacia Veracruz en enero de 1837.(Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1980. Tomo I p.432)

Como se ve resulta unánime el criterio de su renuncia a los ideales libertarios e independentistas, que no obstante haberlo manifestado explícitamente a Tacón, tres meses antes en el poema que Heredia dedica a su madre, llama al Capitán General de la Isla -Sátrapa insolente- y a Cuba -la opresa, la infeliz, la hollada-. Por ello comparto con el poeta Efraín Naderau que -la citada carta no fue más que el elevado y doloroso precio que debió pagar para pisar, por brevísimo tiempo, el suelo de la patria y besar a la querida madre de su corazón y al tío Ignacio y a las hermanas... Porque si hay alguien que no creyó en ningún momento que Heredia realmente abjuraba de sus ideales, ese fue Miguel Tacón. Sabía demasiado el funestísimo Capitán general porque, !señores!, de haberlo creído le hubiera sido fácil y apropiado para mostrarlo como la oveja que vuelve al redil, retenerlo en Cuba que era la mayor ambición de nuestro poeta.- (1)

Con anterioridad nuestro José Martí, refiriéndose a este asunto escribió: -Un día, un amigo piadoso, un solo amigo, entró, con los brazos tendidos, en el cuarto de un alguacil habanero, y allí estaba, sentado en un banco, esperando su turno, transparente ya la mano noble y pequeña, con la última luz en los ojos, el poeta que había tenido valor para todo, menos para morir sin volver a ver a su madre y a sus palmas-.

No creo que un hombre capaz de pronunciar un discurso como el que dijo en la Plaza Mayor de Toluca el 16 de septiembre de 1836, cinco meses después de la polémica carta a Tacón, realmente hubiera renunciado a sus ideales libertarios. Allí Heredia hace referencia a la pérdida por esos días del territorio mexicano de Texas a manos de los Estados Unidos. Entonces invoca a la guerra para combatir al usurpador extranjero y -(probar) al mundo que no se insulta impunemente al honor y patriotismo de los mexicanos-. Quiere decir esto que el poeta no ha renunciado en sus convicciones a la libertad, soberanía e independencia de los pueblos latinoamericanos, en este caso la entrañable México.



Notas:
(1) Ver Efraín Naderau Maceo. -José María Heredia: evocación y lenguaje-. En Santiago Revista de la Universidad de Oriente. Número 7 Junio de 1972 p.196.



Temática: Cultura General





Fuente:

Portal Cubarte :: Artículos :: Heredia y Mxico (VIII parte)





José María Heredia





Antonio López de Santa Anna