Michael. Lo que señala el profesor Juan David Gómez es el carácter oportunista e injustificado de los masones indianos en sus actos al frente de la mal llamada "independencia" de los reinos hispánicos, así como la hipocresía de los mismos que no dudaban en buscar cualquier pretexto (en el caso que nos ocupa, un falso pretexto en una supuesta defensa de la fe) para conseguir sus objetivos revolucionarios anticatólicos y antihispanos.
Efectivamente los reyes legítimos españoles poseían, por concesión temporal de la Santa Sede, el patronato regio. Es decir, no formaba parte de las regalías propias o de derecho del monarca: y así se mantuvo siempre en todo momento.
Otra cosa distinta es que algunos ministros (alguno de ellos incluso masón) de los reyes legítimos Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, empezaran a abusar de hecho de manera general y contínua (a diferencia de la meramente coyuntural o esporádica de reyes anteriores), en tanto que una manifestación más de la tristemente famosa política del despotismo ilustrado -tanto en los reinos peninsulares como en los indianos- de dicha concesión graciosa de la Santa Sede, pero sin llegar nunca al extremo de consagrarla de derecho, cosa que sí querían hacer tanto los revolucionarios de los reinos indianos como los de los peninsulares gaditanos, y que después hicieron con sus respectivas sacrosantas constituciones -tanto indianas como peninsulares- que consagran como "uso" de derecho (en tanto que manifestación de la revolucionaria sacrosanta voluntad popular, que tanto servía para "justificar" su "independencia" como para apropiarse de las regalías que de derecho pertenecen a la Santa Sede) lo que antes era meramente abuso de hecho (y, por tanto, perfectamente corregible en cualquier momento por el Rey legítimo mediante la simple aplicación de la Constitución política tradicional e histórica española, nunca abrogada) en la nefasta política del despotismo ilustrado aplicada por ciertos ministros durante los reinados de los antedichos Reyes legítimos.
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