"El temor de Dios es principio de la sabiduría, y ella fue el principio de todo; el temor de Dios es el vientre donde el amor de Dios se concibe; y aun la Madre 'pulchrae dilectionis', la Virgen María, temió para concebir a Dios".
Francisco de Quevedo, "La constancia y paciencia del santo Job en sus pérdidas, enfermedades y persecuciones".