Veo que la canícula te puede. Yo tampoco soy amigo de los calores veraniegos y siempre en nuestra nevera hay gazpachito casero. Ahora mismo, mientras escribo, y precisamente porque así me lo has recordado, acabo de ir a la nevera y tengo un vaso lleno de gazpacho fresquito... pero una cosa no quita la otra. Tampoco vas a estar todos los días, por muy verano que sea, solamente a ensaladillas rusas o cosas parecidas.Además, yo tengo la suerte de que en mi casa, se suele estar muy fresquito, incluso en verano. Ahora bien, si bien el gazpacho y el salmorejo (y las vichucuás incluídas) se toman frías, lo que sí tenía entendido era que el gazpachuelo se tomaba caliente. Quizás esté yo equivocado... aunque me supongo que también se podrá tomar fría y estará igual de rica. Confieso que jamás lo he probado. También tengo que decir que mis gustos culinarios tiran, por lo natural en mí, por razones que desconozco (porque mi familia es de orígenes mediterráneos), mas hacia las tierras cántabras y atlánticas, así como también las del norte de León y de Castilla... que hacia otros lugares de nuestra querida tierra. Quizás mi primer apellido, que revela orígenes medio gallegos según tengo entendido, tenga algo que ver en ello y exista por ahí algún antepasado remotísimo en mi linaje que, sin yo saberlo, haga tirar de mis gustos hacia esas queridas tierras verdes norteñas que existen en nuestra tierra (Portugal incluído).
Por eso las brumas me han acompañado siempre en toda mi vida y me han hecho huír del sol ardiente como de la peste negra. Gracias a Dios en Madrid tenemos la sierra, ¡¡no sé qué haría sin ella!!.
Pero regresemos al tema, tampoco yo quisiera contribuir a que nos fuéramos por los cerros de Úbeda, ni mucho menos... que hace mucho calor por esas tierras.
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Mira el artículo que publicó El País, sobre el restaurante de las paellas londinenses que dió origen a este tema:
Una paella londinense paso a paso >> Gastronotas de Capel >> EL PAÍS
Un saludo
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