Estimado Rodrigo: Hablar de la sucesión legítima y de sus titulares requiere más precisión. Cuando no se conoce lo suficiente para hacerlo con esa precisión, es aconsejable no hablar, o hacerlo con más prudencia.
Efectivamente el padre de Don Sixto Enrique fue Regente hasta 1952. Año en el cual, habiendo quedado más que claro que no existía nadie de mejor derecho, Don Javier se convirtió en Rey legítimo de las Españas.
El primo y antecesor de Don Javier, el Rey Don Jaime, vio frustrados sus planes de matrimonio con Matilde de Baviera y los subsiguientes por la acción concertada de los gobiernos liberales de Madrid, del traidor Emperador Francisco José, de ciertos altos dignatarios eclesiásticos también liberales (como Merry del Val, tan injustamente alabado en medios tradicionalistas) y del gobierno británico. Aún así, cuando murió repentinamente en 1931 aún no había renunciado a la posibilidad de contraer matrimonio dinástico.
Don Sixto Enrique es actualmente el Regente legítimo de las Españas, y el segundo en el orden de sucesión. Es decir: que si su sobrino Don Jaime de Borbón y Lippe-Biesterfeld no sucede, el propio Don Sixto Enrique se convertirá en Rey. Lo cual sin duda será una bendición para el Carlismo y para España. Para ser Rey no importa que esté casado o no; y como Rey, aunque no tuviere descendencia propia, puede dejar fuera de toda duda quién es su sucesor legítimo. Que no puede ser nadie de "dudosa integridad", naturalmente.
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