Re: Dios creador
Decía en el nº 3 que pasaría a tratar sobre el azar, ya que es un concepto que se maneja con gran soltura desde ámbitos científicos, aunque escasamente meditado, ¿pero qué hay detrás del término?
Cuando los investigadores hablan, y algunos lo hacen en demasía, afirman muchas cosas apoyándose en el azar. En tales situaciones el término actúa claramente como un comodín. Y es que las afirmaciones que se hacen en el campo de las ciencias naturales, particularmente si se habla de evolución no especifica toda una serie de cuestiones, veamos cuáles:
"Los cambios se producen por azar" sabemos que esta es una frase muy común. Pues bien: ¿sobre qué órgano o función?, más todavía, ¿a partir de qué momento? pues se afirma que entre un paso y otro hay millones de años de distancia, y aún más, ¿en qué escenario biológico correspondiente a qué Era? por supuesto resulta imprescindible aclarar ¿cómo se transmitió ese instante azaroso?
Es decir, ¿forma parte del método empírico la formulación de hipótesis bajo tales condiciones? Respuesta: ¡NO!, y ¿por qué no?, porque no hay ni ensayo, ni contrastación, ni conclusión, luego no hay posibilidad de elaborar una hipótesis y aún menos todavía de elaborar un modelo teórico
¿Podríamos comparar un momento azaroso con un milagro? Respuesta: SI. Naturalmente, y repuestos de la sorpresa de semejante afirmación llega el momento de saber por qué: afirmar que algo se ha producido por azar sin disponer de la más mínima prueba es igual que afirmar que se ha producido un milagro. Aunque a continuación se niegue todo realismo en las manifestaciones posiblemente sobrenaturales (supuestas apariciones) y a los milagros médica o clínicamente reconocidos.
Vayamos más lejos, en otro hilo yo afirmaba que un milagro se reconoce como real cuando realizadas todas las pruebas empíricas más modernas pertinentes y usando los mejores y más avanzados sistemas tecnológicos, no hay explicación posible ante un hecho evidente y mayores visos de autenticidad adquirirá el fenómeno inexplicado.
Así que cuanto más próximas en el tiempo sean las pruebas a realizar, mayores posibilidades de éxito científico tienen. Pues bien, a pesar de todos los "avances" las respuestas a las cuestiones sobre el azar permanecen estancadas en el mismo sitio que cuando SPENCER, DARWIN y otros especularon en los modos en que las especies se "adaptan" y "avanzan". Tampoco sabemos en qué consiste ese "avance", y es que si se reconociese como tal, implicaría por definición la necesidad de la finalidad y, si hay ésta, es que hay intención y el único ser que puede tener dicha intención para todo el Universo es Dios.
Más aún, si pedimos una explicación sobre el azara cualquier biólogo y le exigimos que nos convenza acerca de cómo se puede establecer que éste existe y que ha sido la causa de la evolución de las especies, invariablemente nos hablará sobre los efectos detectables en las especies vivientes hoy en día, es decir, intentará convencernos de que podemos ver un paramecio en cualquier ballena.
Muy bien, desde tal enfoque de la Ciencia yo hasta podría admitir explicaciones a ese tenor, pues dicho hipotético biólogo me estará hablando de causas y efectos. Es natural, por ejemplo, que de dos jirafas, macho y hembra, salga otra jirafa y no una "tulipa fosteriana" (hierbajo de la familia de las azucenas silvestres), o un "renacuajus vulgaris". Pero, entonces me surge una duda inmediata sobre algo que ese mismo hipotético biólogo siempre negará: ¿por que si admite el proceso de la causa y el efecto no admitirá nunca la existencia de la PRIMERA CAUSA? redondearé más la pregunta: si todo el proceso evolutivo obedece a una secuencia infinita de causas y efectos, ¿por qué en un PUNTO IMPRECISO cambian el "chip" y empiezan a balbucear tonterías sobre el AZAR, en vez de reconocer que hay UNA CAUSA EFICIENTE DE TODO?
Además, si nos fijamos en la sinrazón que les asiste, el azar parece una lotería en la que siempre toca el "gordo". ¿Cuántos acontecimientos azarosos sobre la misma especie, sobre el mismo órgano, sobre la misma función..., son precisos para que uno de ellos, tan sólo uno, tenga éxito? Si se produjera una multiplicidad de fallos ¿no es preciso, en buena lógica, saber en qué aspecto concreto ha fallado la naturaleza, por qué se ha producido el error? más todavía ¿cómo se demuestra que se ha producido el error?
Mientras no se sepa en qué, cómo, cuándo, por qué..., se producen tales fallos, no se podrá afirmar que el discurso que envuelve a las investigaciones es científico. Si las investigaciones no llegan a resultados concluyentes, no hay discurso entorno a ellas que valga.
Y para concluir, en el caso de que el azar interviniese, ¿cómo saber que Dios no se sirve de esos momentos para realizar esas pequeñas y oportunas modificaciones, particularmente desde que se sabe como son los "genomas"?. Los materialistas suelen afirmar que no les interesa "por qué vuelan las aves", sino "como lo hacen" la respuesta es obvia, el por qué es consecuencia del cómo y, a su vez, precuela del para qué. Lo más simple es averiguar cómo vuelan, lo difícil es precisamente porqué y para qué.
Última edición por Valmadian; 23/01/2011 a las 18:38
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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