Re: Nada, Creación e Infinitud
Ciertamente muy interesante este debate. De momento sólo he podido pulsarlo visionando las dos primeras intervenciones. Y, como es lógico, me ha interesado más la de Chris Hitchens, y no por falta de interés de los argumentos de Craig, sino porque nuestro objeto en este tema es precisamente intentar ver cómo los argumentos ateos carecen de base.
Pese a que Hitchens nos acuse a los cristianos de un cierto grado de solipsismo (que ajustado a esta doctrina filosófica es algo así como "no existe otra realidad que la de Cristo", lo cual es cierto), no deja de ser peculiar el tono de reproche que nos dirige por no tener presentes los argumentos ateos. Es como si se nos dijese que somos poco caritativos con los que no creen y que deberíamos no molestarlos con nuestras creencias. Pues tanto él , como otros de similar forma de entender las cosas, tendrán que seguir aguantando.
Un segundo aspecto que he podido observar es que el ateísmo, en este caso sostenido por C. Hitchen, está a la defensiva. De vez en cuando realizan sus ataques, publican libros o más bien libelos, pues libros de profundo contenido moral no pueden ser, y de contenido intelectual tampoco; de la primera naturaleza imposible porque precisamente la moral sólo puede provenir de Dios ya que es el modo en el que el ser humano ha de conducirse al modo de su imagen y semejanza, y negarlo a Él es negar la moral; y, de lo segundo poco, por no decir nada. Basta con escuchar detenidamente a Hitchen para comprobar que al menos en su presentación sólo ha disertado sobre esto o aquello, pero no ha dado ni un sólo argumento de peso.
Ya son varias las ocasiones en las que se ha mencionado en este sitio que la probatio diabolica, tomada del campo del Derecho, es un imposible metafísico. Puesto Dios excede la materia -porque no es la materia-, sólo cabe pensarlo metafísicamente a través de la Ontología o la Teología. Y, por eso, resulta un imposible demostrar lo que no existe, y es que si algo no existe no se puede demostrar tal inexistencia, y es que para ello se necesitaría justamente que existiese o que hubiese existido. Por tanto, los intentos ateístas de demostración de la inexistencia Dios son un absurdo en sus propios términos.
Otra cuestión es que un ateo no quiera creer en la existencia de Dios, en Él como Creador, como Dios Eterno, como Dios personal, pero sin plantearse por qué sostiene que no existe. Si así lo hace caerá en el absurdo que acabamos de mencionar y que yo comparo, por ejemplo, con el hecho de sostener si el Pato Donald es un ser vivo o sólo un dibujo multiplicado por miles de veces con pequeñas variaciones para simular un movimiento que tampoco existe en su figura. Si yo afirmase que el Pato Donald es, en efecto, un ser vivo, y me pasase la vida intentando demostrarlo, se me acabaría tomando por un loco que ha perdido el sentido de la realidad. Y esto es lo que les pasa a los ateos, los cuales en su mayor parte pasan desapercibidos socialmente, pero algunos, como Richard Dawkins, se pasan la vida metiendo ruido para contarnos que el Pato Donald está vivo.
El conferenciante finaliza su primera intervención haciendo unas referencias a ciertos aspectos anecdóticos: acerca de la materia inicial; preguntando sobre quien diseñó al diseñador; sobre la Nada; y acaba por preguntar si la colisión con M-31 o Galaxia de Andrómeda (dentro de unos 5.000 millones de años y a lo largo de otros 2.000 millones más añadidos), o la expansión crecientemente acelerada del Universo, son cuestiones que estaban en el diseño inicial.
Pues así debe de ser cuando es manifiesto y evidente por si mismo que todo el proceso desde el Big Bang hasta hoy, tiene dos características esenciales: orden matemático e información codificada. Para añadir un poco más tarde, que se deja observar, analizar, estudiar y comprender intelectiva y racionalmente. No sé qué más pruebas necesitan, a lo mejor ojos para ver, oídos para escuchar y sentido común básico para entender.
Obviamente, él es un físico que, a los efectos de estas cuestiones que aquí tratamos, es lo mismo que si su oficio fuese estar detrás de una mesa de oficinista, o de entrenador de algún equipo juvenil de beisbol. Y la razón es sencilla, aquí no se discute de Física, ni siquiera de física de partículas que son las dimensiones infinitesimales de la materia y que a dicha escala ni siquiera puede ser conceptuada tal como la entendemos. Aquí, en este tema y en este sitio, hablamos de Dios como Ser Trascendente fuera y por encima de lo material. Y en el debate pasa lo mismo, no es una lección magistral de Física, ni una conferencia que verse sobre algún aspecto concreto de los últimos avances del CERN. Y ni siquiera trata de cómo se incardinan el Cosmos y la Biología de este mundo, el único del que se tiene certeza de que la vida existe en este Universo. Trata de si Dios es un Ser real y existe. Por tanto, sólo se puede mantener un diálogo, o un debate, desde esta posición intelectual. Y ahí Hitchens hace más aguas que un colador.
Más todavía, al hablar de evolución, y de la evolución humana, se mete en un terreno de ciénagas del que nunca podría escapar sin hundirse del todo si se explican los principios físico-químicos necesarios para la formación o constitución de un simple virus, la más sencilla de las formas vitales ( y sobre ello ya reproduciré un texto dando la cita completa en mensaje aparte a efectos de que no se mezcle con nada de este otro). Habla pues de que a grandes afirmaciones, corresponden pruebas extraordinarias y eso es precisamente lo que se le puede ofrecer a los efectos de desmontar el azar por completo. Y es que resulta infinitamente más difícil y complicado de demostrar que todo pudiese provenir de ese azar imposible, que como creación de Dios. Hemos de suponer que o bien este es un mundo de sordos, o es que en nuestras redes de comunicación hay ya demasiado ruido y nadie escucha a nadie salvo en pequeñas parcelas con un auditorio y número de participantes cada vez más pequeño, más inconexos, más hastiados y menos preparados.
El cómo crea Dios es posiblemente algo incomprensible para nuestras mentes, y por muchas vueltas que yo mismo le he dado a la cuestión sólo me queda una salida: o tengo fe o me aguanto en la ignorancia. Y dado que es lo mismo para cualquiera de nosotros, sólo puedo llegar a la conclusión de que reunida toda la humanidad en cónclave para encontrar ese "cómo", el resultado con comunidad científica apoyando o sin ella, la conclusión seguiría siendo la misma que al principio: ignorancia.
Pero parafraseando al ateo de Carl Sagan cuando afirmaba sobre el silencio cósmico de su pluralidad de mundos habitados por seres inteligentes ( léase su libro La Conexión Cósmica) "la ausencia de prueba, no es prueba de la ausencia", habrá que decirles a los ateos que "la ausencia de manifestaciones divinas que hagan innecesaria la fe, no es ausencia de Dios sino deseo suyo de que se le reconozca a través de las obras que nos ha dejado."
Última edición por Valmadian; 30/05/2013 a las 04:01
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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