Cita Iniciado por Aquilífero Ver mensaje
Estimados Liga Santa y Valmadián:
No se trata de valorar, enjuiciar, condenar o "lavar los trapos sucios" .........................de sangre dentro del componente humano en la historia de la Iglesia. Todo ello es comprensible en su contexto histórico, pero con todo y con ello no se puede decir que los católicos o su iglesia "sean malos" o "sean hipócritas".
Este ataque, -que como decía en mi último post-, parece estar organizado, viene a tratar de hundir la moral de algunos fieles, justo ahora, que se presenta a las puertas de nuestro calendario la Semana Santa.
............................................................ "canta mañanas" de estos masones que tenemos nos insinúan que renunciemos a su "sacrosanta democracia", ni piden perdón ni nada por el estilo.

.................................................................... "pedrastras".

¿Perdonarán ellos los fallos con igual indulgencia de los sacerdotes católicos pillados en aberrantes faltas? ¿Porqué nos exigen a nosotros -los católicos- que seamos rigurosos con nuestros pecadores, pero al mismo tiempo nos meten con calzador a sus delincuentes en nuestras vidas?
Estimados Valmadián y Liga Santa, ese el problema y no otro.



Apreciado camarada Aquilífero, creo que Ud. subraya lo dicho por mi anteriormente, aunque con otras palabras pero al fin el mismo contesto sino igual.
Creo, y vuelvo a decir que me importa bien poco por no decir un colín, lo que piense los demás que no pertenecen a la Iglesia Católica Romana, y si me importa y mucho, lo que piensen mis hijos ya mayores por cierto y lo que piensen sobre este tema los demás fieles de mi misma Iglesia.
Y nunca olvide una cosa que a teniéndonos a las sagradas escrituras hasta Santo Tomás también dudo en su justo momento, y fíjese estaba y bien cerca del Salvador, contra más nosotros que estamos a dos mil años de su última venida, aunque no se trata de perder la fe que eso no es de lo que yo hablo si no de que los "profanadores" vayan a donde deben ir y que tengan su justo castigo aquí en la tierra ó en el juicio final en su momento.
Mire hasta él dijo que los pecadores no entrarían en el Reino de los Cielos, contra más quién profano el cuerpo de sus amados "querubines".