Hola.
Ecncontre esto antes de irme, y no pude evitar aportarlo, no como povocacion, sino como objeto de discusion.
Amigo, Juan, no creo que estas citas esten sacadas de contexto ni sean fruto de mi errática vision de las cosas, aunque admito que a veces la tengo.
“Hemos seguido como propia la «odisea» vivida por usted con motivo del ignominioso juicio, que terminó con su inicua condena. Tristes días son para la Patria, cuando los verdaderos patriotas son objeto de la persecución más despiadada pero, la condena de los canallas, transitoria en sí, no puede ser sino efímera como será el destino de la dictadura y su injusticia... Ya el Pueblo Argentino se encargará de liberarlo junto con la Patria y entonces faltarán árboles en Buenos Aires para hacer efectiva una justicia por la que se está clamando hace quince años...”
(Carta a Carlos Maguid, a raíz del juicio del que resultara objeto como consecuencia del secuestro y ejecución del general Pedro E. Aramburu, del 20 de febrero de 1971)
“A los compañeros Montoneros.
“Mis queridos compañeros:
“…Totalmente de acuerdo en cuanto afirman sobre la guerra revolucionaria. Es el concepto cabal de tal actividad beligerante. Organizarse para ello y lanzar las operaciones para «pegar cuando duele y donde duele» es la regla. Donde la fuerza represiva esté, nada; donde no esté esa fuerza, todo. Pegar y desaparecer es la regla porque lo que se busca no es una decisión sino un desgaste progresivo de la fuerza enemiga. En este caso la descomposición de las fuerzas de que pueda disponer la dictadura por todos los medios, a veces por la intimidación que es arma poderosa en nuestro caso, otras por la infiltración y el trabajo de captación, otras por la actuación directa según los casos pero, por sobre todas las cosas, han da comprender que los que realizan la guerra revolucionaria que en esa «guerra» todo es lícito si la finalidad es conveniente.
“Como Uds. dicen con gran propiedad, cuando no se dispone de la potencia y en cambio se puede echar mano a la movilidad, la guerra de guerrillas es lo que se impone en la ciudad o en el campo. Pero, en este caso es necesario comprender que se hace una lucha de desgaste como preparación para buscar la decisión tan pronto como el enemigo se haya debilitado lo suficiente. Por eso la Guerra de Guerrillas no es un fin en sí misma sino solamente un medio y hay que pensar también en preparar el dispositivo general que aún no interviniendo en la lucha de guerrillas, debe ser factor de decisión en el momento y en lugar en que tal decisión deba producirse.
“Ni es nueva la «Guerra revolucionaria» y menos aún las «Guerras de Guerrillas». Pienso que tal vez la guerra de guerrillas ha sido la primitiva forma de guerra, tan empleada en la afamada «guerra de los escitas» y de Darío Segundo. Por eso sus reglas son demasiado conocidas como sus formas. Sin embargo, es en sus operaciones donde la iniciativa y la vivacidad juegan el papel más preponderante. Por eso también en esa forma de operar, no se podrá mantener una conducción centralizada, aunque siempre ha de realizarse, para que sean efectivas con una finalidad objetivas. De ello se infiere que, los Montoneros, en su importantísima función guerrera, han de tener comandos muy responsables y en lo posible operar lo más coordinadamente posible con las finalidades de conjunto y las otras fuerzas que en el mismo o distinto campo realizan otra forma de acción, también revolucionaria”.
(Madrid, 20 de febrero de 1971)
“...Tenemos una juventud maravillosa, que todos los días está dando muestras inequívocas de su capacidad y grandeza. Disponemos de una verdad que el tiempo se ha encargado de confirmar, tenemos la oportunidad que la historia nos brinda. Sólo nos falta que nos empeñemos con unidad y solidaridad. Yo tengo una fe absoluta en nuestros muchachos que han aprendido a morir por sus ideales, y cuando una juventud ha aprendido y alcanzado esto, ya sabe todo lo que una juventud esclarecida debe saber. Tenemos demasiados muertos, encarcelados y proscriptos para que nos olvidemos de su mandato. Tenemos mucho que hacer como para que no aprovechemos el tiempo. Tenemos demasiadas oportunidades como para desaprovecharlas. Y tenemos un destino que cumplir como para que nos desentendamos, egoístas, del deber de la hora (...) cada peronista ha de ser un combatiente en la forma que cada uno sea capaz de luchar y será provechoso que cada uno de nosotros, al finalizar cada día, nos preguntemos que hemos hecho por la causa que servimos, seguros que si no sabemos respondernos, es porque no estamos cumpliendo con nuestro deber...”
(Mensaje “A los compañeros de la Juventud”, del 23 de febrero de 1971)
“¡Al enemigo, ni justicia!”
(Memorando reservado “para el doctor Subiza”. De su puño y letra, con triple subrayado. Esta misma frase la vuelve a repetir desde el exterior en junio de 1972, y se difundió por televisión a todo el país los días 21 y 22 de junio de 1972)
“En este sentido, la guerrilla es el escape natural de los pueblos oprimidos, porque generalmente las violencias populares son provocadas por las violencias gubernamentales. Las guerrillas se explican en Ia Argentina porque... una de las mayores fortunas que tiene la República Argentina en estos días es disponer de una maravillosa juventud, esclarecida, valiente y patriótica...”
(Conferencia de prensa, 26 de noviembre de 1972)
“Si yo tuviera cincuenta años menos, no sería incomprensible que anduviera ahora, colocando bombas o tomando la justicia por mi propia mano”.
(30 de diciembre de 1972)
Por la Nación contra el Caos: Juan D. Perón
Quite de la fuente original, las frases celebres como "al enemigo ni justicia" porque no quiero un efecto sesnsacionalista ni sacar las cosas de contexto.
En cambio, estos discursos sobre la guerrilla son bastante claros.
Amigo Juan, tal vez veas algun sesgo en Caponneto, a veces tampoco me agrada su estilo, y como dije, esto no es con animo de provocacion sino para corroborar lo que asevere sobre que si tenias "evidencias" de un lado, tambien se las podia encontrar del otro.
Paz
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