Es precisamente en la educación primaria donde se enseña formalmente a odiar nuestra herencia española y a idealizar nuestro pasado indio. Esa política educativa, promovida por la masonería internacional, ha tenido repercusiones psicológicas muy graves para nuestra población. Muchos mexicanos, independientemente de su nivel económico o educativo, al dejarse confundir sobre su verdadera identidad, terminan padeciendo un malestar existencial que los impulsa a odiarse a si mismos y, como consecuencia, a sus semejantes.
Saludos
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