El tema es complejísimo, porque también los nazis jugaron al despiste la carta del cristianismo; pues se apuntaban a todo, en mi opinión, con el fin de ganar adeptos. Pongo las siguientes citas:
«No importa si el judío individual es decente o no. Posee ciertas características que le han sido dadas por la naturaleza y nunca podrá librarse de ellas. El judío es dañino para nosotros... Mis sentimientos como cristiano me inclinan a ser un luchador por mi Señor y Salvador. Me llevan a aquel hombre que, alguna vez solitario y con sólo unos pocos seguidores, reconoció a los judíos como lo que eran, y llamó a los hombres a pelear contra ellos... Como cristiano, le debo algo a mi propio pueblo».[8]
«Soy ahora, como antes, un católico, y siempre lo seré», enfatizó a uno de sus generales [10]
8. Hitler's Third Reich: A Documentary History, editada por L. Snyder, NelsonHall, Chicago, 1981. Cita del discurso pronunciado el 12 de abril de 1922 e impreso en el Volkischer Beobachter el 22 de abril de 1922.
10. Toland, John, Adolf Hitler, Doubleday, Nueva York, 1976. Cita de Heeresadjutant bei Hitler, 1938-1943, del general G. Ángel, 1974.
Pero tenerse por católico públicamente, no significa serlo en realidad: "Por sus frutos les conoceréis" (Mt 7-20)
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