Revista FUERZA NUEVA, nº 498, 24-Jul-1976
FUERZA NUEVA ANTE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Por Ernesto MILÁ
La progresiva desintegración del Estado del 18 de Julio fuerza a que no nos podamos detener
1.Introducción
El discurso de Blas Piñar en Castellón (Discursos de Blas Piñar (durante y contra la "transición")) alcanzó gran resonancia en la prensa al citar un párrafo concreto: desgraciadamente FUERZA NUEVA debía convertirse en partido político. Para nosotros este hecho capital tiene una importancia decisiva, al colocarnos en un nuevo plano de lucha política desconocida hasta ahora. El objetivo trazado por este artículo es el de aportar algunas ideas básicas que ayuden a nuestro trabajo político en esta nueva fase.
1.1 Tarea realizada hasta ahora: servir de conciencia nacional
Blas Piñar y los hombres de FUERZA NUEVA lo han repetido en múltiples ocasiones: iniciamos el combate para defender unas trincheras que habían sido abandonadas por quienes era su misión mantenerlas. Si la cadena de prensa del Movimiento hubiera mantenido en todo momento una actitud de identificación con los ideales del 18 de Julio, si los entes asociativos del Movimiento, la Organización Juvenil, etc. se hubieran mantenido en su papel de “organizaciones de masas”, dinamizadoras y activistas, puestas al servicio de los ideales de Falange, si en lugar de progresar hacia atrás se hubiera avanzado en la senda de la edificación de una nueva sociedad nacionalsindicalista y en la perfección del Estado Orgánico, si todo esto se hubiera hecho, seguramente hoy no existiría FUERZA NUEVA, porque la tarea que ha asumido ya se estaría realizando por aquéllos que deberían ser sus normales ejecutores. Esto, desgraciadamente, no es así y el nacimiento de FUERZA NUEVA y de un embrión de organización política constituyó inicialmente una conciencia nacional tendente a servir como correctivo a la errónea línea señalada por los detentadores del poder.
1.2 Tarea a partir de ahora: partido nacional de vanguardia
La progresiva desintegración del Estado del 18 de Julio fuerza a que no podamos detenernos únicamente en ser una conciencia nacional, sino que la traduzcamos en algo material y tangible: en un partido político, en definitiva. Rechazar la conversión en partido político significa negarnos a actuar eficazmente en el plano político, luego a la esterilidad. Está claro que no podemos relegarnos a ser un partido más entre la constelación de más de 200 siglas que han aflorado después de la muerte de Franco. Está claro que nuestra participación en las elecciones, sea como formación independiente o como organización integrante de un Frente Nacional, se hará “sin fe y sin respeto”; sin fe porque aunque una mayoría democrática, manipulada y alienada por todos los que hoy afilan sus armas electorales, ejercitan demagogia y espantajos tristemente liquidados hace 40 años, decida que es deber de todo español suicidarse en virtud de un 51 por 100 de votos frente a un 49 por 100, nosotros, los hombres de FUERZA NUEVA, seguiremos pensando que los españoles y España no tienen derecho a suicidarse. Está claro que nuestro lugar como “partido político” no está en reducidas capillas organizadoras de maquiavélicas conspiraciones, sino en la calle y entre las masas. Fijemos estas ideas, en consecuencia:
•No un partido más: por un partido de vanguardia, punta de lanza del Estado Orgánico, del nacionalsindicalismo y de la Revolución Nacional.
•Ninguna confianza en las urnas, en la democracia inorgánica y en los resultados electorales; ninguna sumisión: actitud de denuncia a la partitocracia.
•Ningún esfuerzo ahorrado para atraer a las masas populares no a un partido de conspiradores, por una organización dinámica, activista y amplia.
2.Estructura necesaria ante la nueva coyuntura
Lo volvemos a repetir: la nueva coyuntura política afecta inevitablemente al desarrollo de nuestro trabajo político. No podemos permanecer al margen de este cambio de condiciones objetivas. Todos los que hoy se mueven dentro de FUERZA NUEVA deben comprender esta verdad; es preciso adaptarse a la nueva situación. Esta “adaptación” se debe obrar a dos niveles:
•A nivel individual: en la estructura mental de cada simpatizante y militante actual, que debe comprender que sus errores no son únicamente personales, sino que serán tomados como los errores de la organización.
• A nivel de organización: en la composición y estructura de los diferentes núcleos y de la organización central.
[…]
3. El trabajo político
En la moderna lucha política no debemos olvidar que no son precisamente la fuerza de los principios quienes posibilitan el crecimiento y consiguiente control del poder a un movimiento, sino la constancia y técnica con que éste lleva esos principios a la práctica: la metodología o la práctica, en fin. Veamos algunas anotaciones sobre las cuales se puede edificar una práctica eficaz.
3.1 Principios
• Principio de originalidad: podemos permitirnos todos los errores, salvo el de no ser originales. Nuestra práctica debe estar constantemente presidida por este principio. El distinguirse de los demás partidos, el negarse a ser un partido más en una España infectada por este cáncer, implica el proveernos de grandes dosis de originalidad, rechazar el conformismo político imperante y saber ser hombres contra corriente, en definitiva.
• Principio de dinamismo: la ausencia de dinamismo implica muerte… No se puede dar tregua a la propia organización, se debe estar presente en todas las luchas políticas, multiplicar las actividades, afirmar nuestra presencia en la calle.
• Principio de eficiencia: … toda acción política la debemos realizar preguntándonos: ¿favorecerá esta acción al prestigio de FUERZA NUEVA? Es preciso, pues, cesar y evitar aquella acción que no haga avanzar a toda la organización a la conquista de sus objetivos.
• Principio de unidad: … debemos cortar cualquier polémica estéril en el interior y volcarnos hacia actividades exteriores, evitar las luchas entre tendencias a las que la izquierda nos tiene tan acostumbrados -no en vano la verdad es una y el error múltiple-, FUERZA NUEVA debe ser lo suficientemente amplia para que en ella tengan cabida todas las fuerzas nacionales y lo suficientemente disciplinada y cohesiva para evitar la aparición de estériles y ficticias pugnas.
• Principio de diversidad de temas: la unidad ideológica debe permitir la diversidad de los temas tratados; los militantes deben poder responder a cualquier cuestión que se les plantee: desde política hasta economía, dese problemas filosóficos hasta culturales, etc. Insistir exclusivamente sobre el tema político, por ejemplo, olvidando los aspectos culturales y vitalistas, puede ser peligroso, dado el estructuralismo funcional de la sociedad moderna y la interdependencia de unos temas y aspectos para con otros.
• Principio de apoyo mutuo: la camaradería imperante en un movimiento de nuestro estilo no puede reducirse a mera palabrería; sólo existe igualdad entre camaradas: de aquí que los hombres de FUERZA NUEVA debamos formar comunidades de apoyo mutuo. Para ello es factible:
• que los camaradas de más edad que dispongan de la posibilidad de ofrecer puestos de trabajo a los jóvenes los ofrezcan a militantes de la organización.
• que los militantes pertenecientes a los colegios de abogados formen comités de defensa jurídicos gratuitos para militantes y simpatizantes de la organización con problemas jurídicos de cualquier tipo.
• que se formen cooperativas compuestas por camaradas y simpatizantes, considerando que el sistema cooperativo es un arma eficaz contra los trust y alta finanza.
• que se creen “bolsas de trabajo” para los camaradas estudiantes.
• que cualquier camarada, en definitiva, encuentre ayuda desinteresada en la organización y una comunidad de apoyo: no en vano nuestro honor se llama lealtad.
• Principio de combatividad en todos los sectores: el hecho de que grupos políticos opuestos controlen resortes de poder u otros estamentos no significa el que no podamos emprender una lucha de reconquista en ellos:
• por la reconquista de la Universidad: formemos con los núcleos actuales de simpatizantes y los restos de la OJE que realicen en este medio un trabajo sistemático de prospección y captación. En pocos años los bachilleres se transforman en universitarios…
• por la reconquista de los sindicatos y del poder obrero: la liquidación vergonzosa de la Organización Sindical llevará consigo el que una masa de obreros indecisos busque su sindicato: creemos núcleos obreros en las grandes fábricas partiendo de los militantes hoy existentes. Creemos comités de abogados laboralistas que constituyan su apoyo jurídico. Creemos el embrión de unos futuros sindicatos nacionales armados con los mismos principios con que José Antonio y Ramiro pusieron en marcha las CONS.
• por la reconquista de los medios de masas: procuremos imponer nuestra colaboración en los órganos de la cadena de prensa del Movimiento, fomentemos, leamos y divulguemos libros de nuestra línea… Mandemos cartas y colaboraciones diariamente a diversas publicaciones defendiendo nuestras tesis.
• por la reconquista de los colegios profesionales: que se coordinen las promociones de jóvenes que salen de la universidad con los veteranos de anteriores, con antiguos miembros del Frente de Juventudes y del SEU…
• por la reconquista de los estamentos religiosos y católicos…
• por la reconquista de los entes municipales: la república se instauró después de unas elecciones municipales. Debemos recordar la lección. Crear asociaciones de vecinos… apoyar a camaradas situados en Ayuntamientos…
Principio de continuidad: la lucha política es universal y permanente. Los comunistas de 1939 no son diferentes de los de hoy: sólo que han realizado un incansable trabajo que los falangistas de 1939 no han hecho o no les han dejado hacer. Una victoria implica la posibilidad de conseguir otra más amplia. Una derrota supone la necesidad de remontarla cueste lo que cueste: jamás parados o inactivos.
[…]
5.Conclusión
No debemos ni podemos caer en las trampas que la futura democracia nos depara. No debemos aceptar su vocabulario confuso y contradictorio que inmediatamente, con su burda mentalidad racionalista, nos situará, clasificará y archivará en uno de los elementos de su tríada sagrada “derecha-centro-izquierda”. No, nosotros no podemos aceptar ese juego, ni somos de derechas, ni de centro, ni de izquierda, porque esos son términos partitocráticos creados y utilizados para catalogar a las formaciones partitocráticas. Nosotros no vamos a ceder a las clasificaciones de los politicastros gobernados bajo los mandatos de los emperadores del dinero. Es hora de recordar un texto de Robert Aron y Arnaud Dandieu escrito en “La Revolution necessaire” (1933):
“No somos de derechas, ni de izquierdas; pero si resulta absolutamente preciso situarnos en términos parlamentarios, repetimos que nos encontramos entre la derecha y la izquierda, por detrás del presidente, dando la espalda a la Asamblea”…
Ernesto MILÁ
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